jueves, 17 de septiembre de 2009

Cedo los trastos

Porque el doctor tiene ya preparadas las herramientas (taladro con broca del 7) para mañana por la tarde.
A ver dónde vais este finde y quién hace la crónica y las fotos, ¡que hasta que uno no falta, no se le echa de menos!
Entrada breve. Me estoy aficionando.

martes, 15 de septiembre de 2009

Rocinante se ha pasado al lado oscuro

Sin más explicaciones. Entrada corta y clara.
Si tienes alguna excusa, en los comentarios, Roci.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Fuenfría y trialera buena a Cercedilla

Si hay alguien al otro lado que sepa cómo se llama la trialera que baja a Cercedilla desde más allá de Marichiva (no el primer desvío, ni el segundo, sino el tercero) y que está marcada con un punto rojo, que nos lo desvele. Hacía unos cuantos años que la habíamos bajado, y ya era hora de disfrutarla de nuevo.

El caso es que, por circunstancias, habíamos salido solitos sherpa-cuñao-Sherpa y yo desde Revenga. Como desde el principio era cuesta arriba, empezamos despacito. Al tomar la "calzada" ya nos animamos y el ritmo ya era de campeones. Rápido pero sin agobios y con la temperatura perfecta (nos queda poco verano ya) la subida fue muy agradable (¡Veeeenga, vaaale, también por la compañía! Aunque no por la conversación, que ya nos hemos dicho todo).

Al llegar a la Fuente de la Reina nos esperaba el grueso del grupo (no me refiero a nadie en concreto, que nadie se mosquee) además de tres mil millones de bikers más. Entre ellos, Dale Pedale con su eterna Cannondale. Es un tío fiel, si señor.
Con los sherpas estaba Alberto. (Hola, Alberto). Está preparándose el examen de ingreso. Le hemos puesto de tareas unas bajaditas, que tiene que coger confianza, que es un tema que tiene flojo y debe repasar. Las subidas, por el contrario, parece que las va a aprobar fácil.
Subimos a la Fuenfría. Subida rápida y cómoda. La verdad es que, charla que te charla, no te das ni cuenta, sobre todo, si las piernas están bien. Al llegar al puerto, sh-Rino y yo, a toda leche, pasamos debajo de unos árboles y yo, sin darme cuenta de que alzo algo más de lo normal, me dí un tremendo coscorrón con una señora-rama (de las que no son flexibles, de las de verdad). El ruido hizo volverse a los que allí estaban, que no eran pocos. Si no llego a llevar el casco, palabra que creo que allí me quedo.

Bueno, Sh-Sh y yo teníamos pensado volvernos (inexcusables compromisos familiares), pero una vez más fuimos convencidos sin mediar demasiada insistencia. Si llega a estar Ete, SEGURO que nos volvemos a casa. El caso es que tiramos para Marichiva buscando la famosa trialera.
Aunque creemos que la cabecera del camino era distinta que la que tomamos hace unos años, tiramos para abajo. Como todos los caminos en esta época, estaba muy seco y suelto, pero también, muy divertido y variado: ramas, piedras sueltas, gordas y menudas, rocas, astillas, polvareda, raíces...
Delante iba la guardería-sherpa, comandada por el profe-Xomin. De alumnos aventajados, Rinoceronte y Mario que, aunque recién salido del cascarón, baja que se las pela. Detrás ya íbamos sherpa-Sherpa y yo, algo más cautos, pero también disfrutando un montón, lo cual no quiere decir que de vez en vez, no soltara el susodicho sh-Sh maldiciones e improperios en varios idiomas. Más atrás, sufriendo un poquillo (pero contento el tío), Alberto.
Aprovechando que se habían dejado el celebro (cerebro) en casa, brincos y cabriolas varias. En la instantánea vemos a sherpita-Mario en pleno despegue. Lo peligroso de la situación era que la "pista de aterrizaje" era corta y llena de arena. Obtuvo una discutida puntuación de 9'25.
Etapa que podríamos calificar de la Señorita Pepis (¡qué ilusión!), pero divertida. De vez en cuando, una etapa cortita y divertida se agradece, que no todo es sufrir.

Fue al sentarnos a tomar unas cervecitas cuando apareció, como por arte de magia, el sherpa-Kalambrines saludando a diestro y siniestro. Desde aquí le mando un saludo. Una apuesta: ¡a que estás leyendo esta crónica sentado en el trono! ¡¡¡Aque sí!!!
Para terminar, la foto-testimonio de la semana: al final de la escalera, la yeti del sh-Xomin momentos después de descabalgar a su jinete. Éste desapareció misteriosamente por las escaleras de la izquierda, que no se ven.
Queda pendiente una explicación gráfica de la foto de la mochila del sh-Rocinante, que dice que no ve nada raro. ¡Tienes menos imaginación que un colchón!.

...Y esa explicación que os debo, os la voy a pagar:

¿Ya lo ves?

Trialera: Dícese de la parte del camino donde tus huevos abandonan su lugar para hacerle compañia a la garganta.