jueves, 15 de octubre de 2009

GOOD VIBRATIONS

Hoy me he decidido a salir. Es una de las últimas semanas en las que podremos disfrutar de algo más de luz y, aunque estrictamente no se ha cumplido el plazo que me ha dado el médico, tenía ganas de probar algo un poco más fuerte que el domingo pasado.

Tomé el camino de los Tanques con ganas. Hacía una tarde para disfrutar, con un solete espléndido y una brisa suavita. El cuerpo me pedía probarme y me sentía bien. Sin embargo, las piernas no estaban a tope, la cafetera se aceleraba cuando hacía una arrancada y los pulmones también se notaban... ¡Con-nio! Así dicho... ¡¡me preocupa pensar en qué parte de mi cuerpo era la que me quedaba para pedirme marcha!!

El caso es que crucé por Robledo hacia Valsaín, y de ahí subí (a veces acelerando para probar, a veces recuperando) hasta pasada la cuesta de la Taquicardia (tenemos que hecer una entrada sobre topónimos), concretamente hasta el puente sobre el arroyo de las Quebradas. He de confesar que en la subida me puse el ipoz, artilugio globero donde los haiga, pero que en esta ocasión y a falta de otra compañía, me hizo disfrutar un montón del bosque, de la tarde y de los pedales. Quizás el futuro sherpa sea así: pedaladas relajadas a ritmo de ipoz. Pero espero que para eso falten por lo menos 30 años. Y para esas alturas, no sé si quedará sierra que surcar.

Inicié la bajada contento, aunque sin hacer locuras. Hacía tiempo que no disfrutaba así de la bici (el mes se me ha hecho largo) y el frío de la tarde se hacía agradable. Llegado al vado de los Tres Maderos cruce el río, o lo que queda de él, y tomé el sendero. En ese mismo momento, con el sol encendidísimo (eran las siete pasadas) y probándome con algún que otro tímido brinco para superar las raices, saltó en el ipoz la tía Janis con el "summertime". ¡Para qué más! Si alguien me entiende, durante unos minutillos me sentí en el verdaderísimo cielo-sherpa. Así que llegué a casa con 40 kilometrines que me hacen esperar el domingo con ganas: si os parece, salgo un rato con el grueso sherpa (con el grupo de los sherpas, me refiero; no es que esté mirando a nadie en concreto). Como sherpa-Kala quería ver los búnkers de la subida a la Fuenfría, podríamos subir juntos hasta ellos y luego nos separamos. Subo a Matabuefes para hacer las panorámicas que quería el mismo sherpa y luego ya os buscaré. Es una propuesta... ya veremos.

Cambiando de tema: ¿¡Qué pasa!?¿En vuestro navegador no sale la barra de la derecha en el blog o qué? Nadie hace caso de lo que pongo (snif). ¿Nadie propone nada para "Las pequeñas alegrías del sherpa"? Luego decís que hay que dar vidilla a esto, o queremos hacer una página... Esto no se hace solo, señoritos sherpas, que os he dado acceso p'a-algo!!!.

He dicho.

¡Ah! Mañana una avanzadilla de sherpas traidores van a Etxebarri a llenar las panzas con delicadezas que no se merecen. Lo mismo que "una etapa no se pone un sábado", -frase cuyo autor es sh-Sh, traidor andeloshaiga, y traidor por antonomasia- "un viaje a Axpe-Martzana no se pone en viernes, día en el que cualquier español de bien tiene que producir", frase cuyo autor es un servidor. (¡Kbrrrnsss!)

miércoles, 14 de octubre de 2009

El Tiemblo: Exposición del diseño

Propongo para su examen y discusión esta ruta: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=572575. Se trata de la que haremos (D.m.) dentro de dos fines de semana. Mirad bien el perfil, sentido, sitios por los que pasa, recorrido... luego no quiero problemas, que además anochecerá una hora antes.
Aquí, el mapa.
Como regalo para la vista, incluyo (gratis total) la foto de un sherpa, aunque no lo parezca. El sherpa es camaleónico y se adapta a las condiciones del medio, como puede apreciarse en la instantánea. Es todo prestancia, donosura y donaire el jodío. El mismísimo Josemi estaría orgulloso.

domingo, 11 de octubre de 2009

Reentré

Hoy era el día. Después de un mes sin montar en la burra y dejando reposar la rodilla, me disponía a hacer unos kilometrillos de prueba, con el permiso que, a regañadientes, arranqué al señor doctor.

Duro. Muy duro.

Y no lo digo por lo físico, sino por lo "químico". Hace un poco que me he puesto hielo en la rodilla, y está como nueva. Pero la "etapilla" no empezaba bien. No llevaba más que 1.100 metros, cuando ya me habían adelantado 5 cilistas (vale, eran de carretera..., pero es que iban como mi abuela). Pedaleaba sin problemas, flojito, pero con el amor propio herido.

A los 10 kilómetros veo que 200 metros delante de mí se incorporan desde un camino dos ciclistas en bici de mosntaña. Van despacio. Acelero un pelín, pero veo que es imposible, no me atrevo a forzar la rodilla. Saludo a un grupo de flacas que se cruza conmigo y uno de ellos me da un vozarrón: es sh-Pifo que volvía de su etapa de domingo; se da la vuelta y me acompaña desde ese momento. El camino se me hace más agradable, pero él tiene que adecuarse a mi velocidad (si a lo que llevaba se puede llamar velocidad).

Al rato, vuelta por el carril bici, es cuando los veo: unos individuos impresentables, feos donde los haiga. Son ellos: los sherpas, que volvían de la Camorca de pegar brincos. Aunque no sé, me hace sospechar el que las bicis volvían casi llimpitas y yo recuerdo que cuando regresábamos por la Acebeda y por el Azud del acueducto, las bicis se ponían de barros hasta arriba. Así que no sé que pensar...
Dos de ellos, estrenan uniforme. Bueno, al menos, como dice Kala, a Ignacio el coulotte no le hace la forma de no-culo que le hacen otros modelitos que tiene. Phineas y Ferb.
Cerveza al sol, que invitaba sh-Ete. Fue su cumple el finde pasado. 45 añazos; es por ello por lo que se le ve como agachadillo en la foto.

Para finalizar, foto-regalo en la que se ve lo bien que le sienta el nuevo uniforme a sh-Sherpa. La verdad es que cualquier trapito que se ponga, le favorece un montón. ¡Ah! Aviso: cuando se le ve en esta posición y desde este punto de vista, mejor apartarse, por lo que pueda acontecer.
Next week volveré a salir de paseo y, la siguiente, espero probarme ya con todos, tanto si vamos a la etapa de El Tiemblo como si no.

Trialera: Dícese de la parte del camino donde tus huevos abandonan su lugar para hacerle compañia a la garganta.