viernes, 17 de septiembre de 2010

La Bola, mañana

¿Tiene alguien un plan o sugerencia para ver el final de etapa de la Vuelta mañana en la Bola del Mundo?

domingo, 12 de septiembre de 2010

París-Bercial

Es casi un tópico que el ciclismo es un deporte agónico, de lucha y esfuerzo máximo. Pero no ha sido hasta esta mañana en la que he conocido el verdadero alcance de esta expresión. Una prueba en la que se lleva al límite el cuerpecillo humano, una competición en la que el participante demuestra de qué pastita está hecho, en fin, el no-va-más del deporte extremo.

La primera dificultad con que nos encontramos reside en el hecho de que en 50 metros -Segovia, ciudad cosmopolita- hay dos "Parises". ¿En cuál de los dos habremos quedado?.


Este hecho hace que demos vueltas p'arriba y p'abajo hasta que llegan los organizadores. Solventado este impedimento, se da paso al control de firmas, acto que se prolonga por espacio de media hora (sentados en las escaleras de la Academia de Artillería).


Mientras tanto, observamos con envidia máquinas dignas del siglo XXII, -veintidós, p'a los de la LOGSE- , tecnología que hasta hoy solamente hemos visto en las webs de California o por allí, prototipos que, si no es por la París-Bercial, no habríamos visto por estos lares hasta dentro de meses (u años!!!).


No hay fotos, pero la salida de la carrera ya nos da pistas de lo que va a ser el resto de la carrera: p'a 7 que éramos, se hicieron tres grupos que tomaron tres caminos diferentes. ¡Manda narices!.


Básicamente, la competición consistía en ver quién llegaba antes de los dos cabezas de equipo: Tolla (¿se escribe así?) o Fidel. Por lo que me enteré, las preparaciones para esta edición habían sido duras, de manera que Tolla está dando clases de spinning y Fidel había hecho una salida la pasada semana de 16 kilómetros y 800 metros. Suficiente.

¿El papel de los sherpas? Gregarios de Fidel, lo cual da una pista de la categoría de nuestro líder, pues prácticamente ningún otro tiene -una de dos-, o dinero, o clase suficiente para contar con nosotros como subalternos de lujo-lujísimo.

Como se ve en la foto, Fidel es a la UCI lo que Hamilton a la FIA: Las normas no van con él. Ayudado "ocasional" y "ligeramente" por el equipo sherpa... ¡cuatro pedales dio el cabrón en los 35 kilómetros!.


Llegamos a velocidad de vértigo al enclave de Abades (patria chica, por cierto, del sherpa-Enriquet), meta volante en la que se unen más miembros a la expedición y en donde reparamos fuerzas a base de cubatas y cervezas. Que se entienda bien: o cubata, o cerveza, uno por cabeza.


Ya somos 10 o así. En lo que nos preparamos y nos ajustamos los culotes, ya han salido -todo corazón, todo pundonor- los dos líderes dispuestos a dejarse el alma en el asfalto.


Tolla adelanta a Fidel, que había salido el primero, y parece que, por mucho que nos relevemos en empujarle, nunca la vamos a alcanzar. El desánimo empieza a cundir en nuestras filas, cuando se produce el milagro. He aquí que la justicia existe y, cuando Tolla se va a agarrar a un coche de la organización  que casualmente pasaba por allí para hacer trampas tramposas, se la caen los guantes...


Y es el momento que aprovechamos los sherpas para dar un hachazo que presumíamos definitivo.

Abajo vemos a Fidel, que se equivocó de equipación, con traje de duatlón: el bañador preparado para tirarse al agua.


Pronto se tuercen los planes, pues se producen deserciones en el equipo de Fidel, y el sherpa-Sherpa (negociador nato) al conseguir mejores condiciones económicas, ficha por el equipo rival. Siempre ha sido un traidor.


Alternancias continuas en la cabeza de la carrera hacen que ésta se torne más vistosa y espectacular (si cabe). En esta foto se ve un clarísimo rictus en la cara de Fidel: ¿esfuerzo límite, o será que le aprieta la costurilla del pantalón?. A la izquierda, sherpa-Pifo, que no tomaba partido por ninguno de los dos contendientes, pero que estuvo t'ol tiempo para arriba y para abajo.


Y la hora de la verdad llega por fin: los líderes cara a cara. Seré tonto... ¡no me-se-pone la carne de gallina al recordarlo...!


Las fuerzas son parejas cuando llega la carrera a la altura del caserío de Párraces, superado ya Marugán y a tiro de piedra de la meta, Bercial. A estas alturas la serpiente multicolor es más un gusanito malherido, tal fue el derroche de energías.


Bercial a la vista, y la tensión se podía masticar. Los nervios a flor de piel, los músculos tensos, los pelos como escarpias u alcayatas del 7.


El mar de Bercial, que no sabía yo que tuviera, pero mira por dónde, el ciclismo también da mundo y cultura.


Y ya en la meta, los protagonistas posan para la prensa antes de superar el control antidoping.

No preguntéis quién ganó, porque iba a mis cosas y no me di cuenta. (Además, quedaría mal con Fidel).


Fin de fiesta. 'Tal año que viene; pero sólo haremos de gregarios si Fidel baja 2 o 3 arrobas, que los sherpas ya tenemos una edad.

Y una subida igual al IPC, que con la que está cayendo no estamos para tonterías.


--------------------------------------------------------

Entrada rapidita, para retomar el blog. Me deciais que no escribo, pero es que nadie lee, nadie entra en el blog... ¿no?.

La verdad es que no me atrevo a salir demasiado seguido o (relativamente) fuerte, porque tengo la rodilla en peores condiciones que durante el verano. Bueno, poco a poco, y espero que la rehabilitación funcione.

Hablando de otras cosas: Ayer estuve de "reportero" con cuñadín, sherpa-Ninio, que hizo la dura y preciosa carrera "Senda de los Frailes", en Sebúlcor. He colgado este vídrio, a ver qué os parece.

Quedó entre los veinte primeros. Concretamente el 20.

Desde la bici, la carrera me pareció muy dura, pero me lo pasé muy bien, había buen ambiente y me pareció bien organizada. En fin, aquí lo tenéis.

¡Ah! Dejad comentarios, que me tengo que animar, que tengo el teclado oxidado.



(Ya está, por fin).

Otro vídeo para animaros a vosotros, sherpas cobardes.



Y otro más. Viéndolo, pienso que sh-Periko puede vender una de sus dos bicis ¿no?.

Trialera: Dícese de la parte del camino donde tus huevos abandonan su lugar para hacerle compañia a la garganta.