sábado, 29 de enero de 2011

Algo parecido

Me ha llegado este vídeo que, aunque hable de "los que corren", con unas pequeñas modificaciones, podría valer para los que "sherpean" o, en general, pedalean.


Enlace al blog con el texto original.

El vicio, se presente en la forma en la que se presente, sigue siendo el vicio. Y debe de ser obra del mismísimo Belcebú, porque aunque visto fría, objetivamente y desde fuera, realmente estamos locos... el que lo prueba está perdido. Sin redención ni remedio.

Además, junto con la comida y la bebida, es de los pocos placeres que podemos practicar con los pantalones puestos.

¿No?.

viernes, 28 de enero de 2011

¡Qué buen santo Tomás de Aquino...!

...que me ha permitido salir un viernes a dar una vueltecilla con  seis animosos alumnos.


El día no tenía demasiada buena pinta, pero la temperatura era bastante mejor que la de las jornadas anteriores. Sin embargo, lo suficientemente baja para mantener el Pontón congelado, como en los tiempos míticos en los que circulábamos despreocupados por encima de su superficie. ¿Remember?.


Pasamos por Santa Isabel. Según estaba el terreno, si sigue hasta el domingo así, la etapa va a ser divertida de veras.


Pedalear hacia los Bolos mientras caían copos del tamaño de ensaimadas era un lujazo. ¡Y más un viernes por la mañana!.


Cada uno iba a su ritmo, disfrutando del pedaleo.


La última rampita de acceso al Puerco estaba dificililla. Pues pie al suelo.

Parece como si a Javier le hubiera recortado la cabeza
de la foto anterior para pegársela en ésta, ¿no?.

Cuando llevábamos un rato arriba, las nubes se apartaron un ratín para dejarnos admirar un poco mejor el paisaje.


Algunas fotillos de la cima del cerro, con sus trincheras y parapetos nevados.


Mientras yo hago fotos, los chicos, sentados en el lomo de una roca, se meten entre pecho y espalda los bocadillos que les han hecho sus madres, que se han levantado temprano.


Y Valsaín descansa allí abajo.

¡Pincha!
Para la vuelta, tomamos el desvío a la bajada por la Fuente del Ratón hasta el CENEAM.


Y, por Valsaín, bajamos por senda hasta el Pontón y desde allí, por el carril bici, a casita.

La Pradera, de foto.

En Kikiloc, el recorrido hasta la bajada de la Fuente del Ratón, donde se me terminaron las pilas del gepese.


Y un pequeño vídeo ilustrativo...

domingo, 23 de enero de 2011

7 kilos y tirando a fresco en el Chozo


Al llegar a casa lo primero que hago es despelotarme (desechad esa imagen de vuestra mente, por el bien de vuestra salud mental) y echar todo el ropaje a la lavadora. Hoy, al ver el montón de fajos y refajos, me ha dado por pesarlo. Hacía un total de 6 kilitos con 800 gramazos (los 7 kilos del título, que ya no sé qué poner). Eso, contando con las zapatillas -que no botas-, cámaras, gepeses, pulsómetros y demás, pero descontando la herramienta, que estaba en la bici, y el agua de la camel, que ya estaba vacía. Y luego la gente paga un Potosí por un XTR que te ahorra unos gramos de . Como dice el sh-Sh: Pon un buen huevo en casa antes de salir, y te ahorras un montón (en peso y en dinero).

En la salida ya vimos lo que iba a ser la etapa: 200 metros y ya estábamos dando aire a las ruedas Chomin y yo. Recordaréis los abrojos que nos llevamos puestos al final de la etapa anterior ¿no?. Chomin dice que contó 180 en una rueda (sic). Al ir a dar aire, a válvula no se desenroscaba debido al líquido sellante; pero eso no fue problema, porque Chomin-Sport-Billy levaba alicates.

Ahí están los alicates. Lleva de todo.
En Kandilandia nos esperaba el mismísimo sherpa-Sherpa en persona, ataviado para la ocasión, guapísimo, provocador. En una palabra: sensi.

Las Blasas.
En el carril bici nos coge por detrás (espero que este blog no se lea en Argentina) sh-Ete, que se había entretenido un poco con el Cola-Cao y esas cosas. Ya éramos 4. Faltaba uno. Y es que sh-Periko nos llamó para decirnos que sale a nuestro encuentro, que no se pudo apuntar a la carrera del Jardín de La Granja, y que se venía.

Se ve, en la sombra, como me contorsiono, poniendo en peligro mi integridad física.
El día estaba luminoso-luminoso. Y el grajo raspaba sus genitales en vuelo rasante contra el duro suelo. Cinco (saludos, Apa) grados bajo cero hacía en esos momentos. El Pontón, helado, daba repelús.


Al pasar por encima de la puerta de Cossíos, vemos toda la preparación para la Vuelta a los Jardines de La Granja (7 kms, durillos ellos) y nos planteamos cambiarles las señales y llevarles hasta el chozo; pero somos buenos y lo dejamos estar. Al cruzar la cacera por encima de la Fuente de la Plata, me acuerdo que en la crónica de ayer ponía David Kamorka que no pudo cruzar algún tramo por el hielo. Y comprobamos que es verdad.


A estas alturas, los cambios ya no iban (congelados) y el freno trasero apretaba, pero no "mordía" porque debían de estar las pastillas totalmente heladas.

Buscando cómo pasar, el grupo se separa: Periko y Chomin por un lado, y Ete y yo por otro.

¡Uuuuunnnnnn momentitoo!¿Dónde está sh-Sherpa?

Prohibido el paso. ¡Media vuelta!
Para que veáis que somos a cual más sherpa, el otro día cuando me oíais exclamar en el vídeo "¡Pero si esto es la Fuenfría!", que sepáis que lo decía totalmente en serio. Pero lo del sh-Sh ha sido peor, porque en estos momentos, me llamaba por teléfono: "¿Dónde estáis? Mejor dicho: ¿Dónde estoy?". Se había perdido el jodío subiendo, paralelo a la tapia, justo antes de la Fuente de la Plata! ¡¡¡Sherpa, sherpa y RE-sherpa!!!.

Caballo bayo, en los Tobarejos.
En los Tobarejos nos juntamos todos, y Periko decide bajar un rato a ver la salida de la carrera. No problem, nos alcanzará en un pis-pas.

Antes de la fuente del Chotete, sh-Sh ya tiene que dar aire por primera vez a la trasera. Domingo sigue, pero lo hace por Dos Cabañas, juntándonos en El Salto del Corzo. Piscolabis rico al tibio sol.

Por cierto, que hoy era difícil beber, ya sabéis: Si al terminar de beber no tenemos la precaución de soplar para que el agua vacíe el tubo, se helará y será imposible seguir bebiendo. Ignacio se descuidó un poco, y tuvo que calentar a mano un rato el tubo, para tomar un granizado rico-rico. Lo mismo le pasó al cristasol de Chomin, que tenía una pinta indescriptible.

Reanudamos la marcha, y de nuevo nos escindimos. Chomin y yo subimos por los Pluviómetros (raso del Pino), que me quiere enseñar una fuente que no conozco. La marco en el gepese, una más.

La fuente que ya conozco.
Foto para que conste que fuimos por allí, que luego no me creéis.


En la subida, el turno de inflar la rueda le tocó al chache. Tanto hinchar, tanto hinchar, que me quedé solito.

Por eso véis las fotos sin bicho. De nuevo el camino hasta el Chozo estaba espectacular, aunque en algunos tramos un poco pesado; y en otros, el hielo traidor, hacía que hubiera que tener mucho cuidadín. Placa mala, pedalada mal, y rodilla contra la potencia: ¡zas!. (Adivinad si me di con la rodilla mala o con la buena).


Llegué al Chozo sin aire. La rueda también.

Me ayudó Ete a dar aire, porque con las decenas de abrojos que aún tenía, era una tontería poner una cámara. Tuve suerte, y el poco líquido que me quedaba funcionó a la perfección, sellando hasta Segovia todos los bujerillos.


¡Qué es eso, Periko!¡Ha puesto tapón!. ¡A Pifo y a Capi que se lo voy a decir!. Como véis, llevaba el anillo puesto. Hoy las casquivanas chicas que estaban esperándonos en el Chozo no le han hecho caso.


Exhaustos de bombear (inflar, hinchar), nos disponemos a bajar por donde las bicis nos lleven, que tampoco lo tenemos muy claro.


¡Pues por lo más fácil, por dónde va a ser!. Para más información, ver el vídeo número 1, en el que se ve cómo bajamos a pata, dejando la Chorranca a nuestra derecha, arrastrando la bici y el culo por unas placas de hielo bastante cabroncejas, permítaseme la expresión.


Foto muy bonita, en la que los sherpas parecen unas drag-queen (dragcuín), pensándose un rato lo de la bajada.


En este lugar paramos un rato, porque el hielo era espectacular. En este tramo del arroyo parecía que se había congelado la mismísima espuma.


Y el agua que rebosaba había fabricado una placa en la que retozaba un oso polar (que no me dio permiso para fotografiarle, pero allí estaba).


Tanto vídeo grabé, que me quedé sin tarjeta y tuve que poner la de la cámara de fotos. Sólo me dio para una última foto del sherpa-Sherpa con su hoy inseparable amiga la bomba. Mi bomba. La que él me "regaló".


Aquí pongo el vídeo pelao, sin editar, para que veáis el estrés de la bajada paralela a la Chorranca. En un día o dos, edito un montón de clips que tengo y cuelgo otro más interesante, espero.


Si la semana que viene la temperatura baja de los -15º, ya estaremos hablando de frío de verdad. Lo de hoy... una nadería, una fruslería de .

Trialera: Dícese de la parte del camino donde tus huevos abandonan su lugar para hacerle compañia a la garganta.