jueves, 24 de febrero de 2011

Una ocurrencia que me ha venido

Bueno, consultado in person el sherpa-Sherpa con una cerveza de por medio, puso cara rara. Me propuso -y él manda- un Malagosto. Yo digo que aproximación por la cañada y subida clásica por el Pirón (hace muchíiiisimos años que no la hacemos). La bajada se decide en cónclave en la mismísima Cruz de Malagosto. ¿Qué os parece?.

Espero un rato, y esta tarde-noche concretamos, según los miles de comentarios que reciba. Si no cambian mucho las cosas, y si os parece bien, quedamos un poco después de las 6 de la mañana: a las 9'15 en Kandilandia, 9 en el Azoguejo, para que a Ete no le dejen sin silla en la mesa.

¿Eihnnn?.

domingo, 20 de febrero de 2011

De petroglifos escabechados

Reconozco que la etapa de hoy no es "etapa sherpa". Hemos salido de nuestro hábitat natural, para hacer una incursión por territorio hostil (el duro e impersonal asfalto), en el que hemos sobrevivido con técnicas que, si bien no dominamos, hemos utilizado como buenamente hemos podido. Y no se nos ha dado mal del todo. Porque hoy el cuñado (léase el sh-Sherpa) estaba "rabioso", y no ha parado de pedalear como una cosa tonta durante toda la mañana. Cuando en la lejanía hemos divisado al primer grupo de flacas, yo creía que le debían dinero.



Y aunque aquí le vemos en plena cacería, sí que le vi un poco desconocedor del terreno asfaltil, pues casi se mata en un paso de peatones en el polígono de Valverde. ¿Qué tipo de pintura barata utilizan los muy puñeteros? Los que vamos en moto sabemos lo criminal que puede ser una mala pintura. ¡Y ésta lo era!.


Después nos acompañó un ratillo un triatleta (Edu  ponía en la bici) hasta la entrada de Bernardos. Unos kilómetros de agradable conversación acompañada por el bufido de nuestras 2,25" sobre el asfalto. Bueno, conversábamos él y yo, porque el sh-Sh iba delante pedaleando sin medida ni consideración.


Viendo que en Bernardos estábamos con un escandaloso adelanto sobre el horario previsto, nos pusimos de acuerdo para echar un vistazo a los petroglifos de Domingo García, algo de lo que habíamos hablado en otras ocasiones, pero que nunca habíamos hecho. Llegando al mencionado enclave, en torpe maniobra por mi parte, se me cayó la cámara y salió pegando brincos y dando volteretas varias. Paré para rescatarla... y aproveché para hacer esta foto. ¡Qué tranquilidad poder encuadrar y sostener la cámara con las dos manos!. Afortunadamente, parece que sigue funcionando.


El único habitante del pueblo que no estaba en misa de 11 nos indicó que íbamos mal para ver los grabados. Con las inequívocas señas que nos dio, llegamos hasta lo alto del cerro de San Isidro, ciclando los únicos y escasos metros sin asfalto del día.


El yacimiento, por lo visto, reúne grabados de hace unos 20.000 a 13.000 años, así como otros de época medieval. Los primeros representan animalillos varios de la zona: bóvidos, équidos, cérvidos y caprinos (vamos, las vacas, caballos, ciervos y cabras de toda la vida).


Los segundos, más salaos, representan escenas guerreras, de caza, etc. Los dos sherpas reunidos en sesudo cónclave aventuramos una atrevida hipótesis: El pringao al que le tocaba vigilar desde lo alto del cerrete si venían los malos, al aburrirse como una oveja, no se le ocurría otra cosa para matar el tiempo que hacer estos simpáticos y pueriles grabados. Cautos, como siempre, no hemos querido especular acerca de los pasatiempos de los encargados de las imaginarias.


Para disfrute de los lectores, el sherpa-Sherpa, muy didáctico él, se presta aquí para simular la técnica con la que se realizaban estos grabados. Advertimos que ni hemos maltratado animal alguno, ni hemos llegado a rozar siquiera mínimamente la roca. Que ya bastante descerebrados (homúnculus-descelebratus) han hecho estúpidos y vanos grafitis en numerosas rocas de este yacimiento, con los que demuestran su estulticia y falta de cultura.


Después de un pormenorizado estudio, concluimos que los habitantes de la zona (al menos los de estas épocas pretéritas) estaban generosísimamente dotados.


Con tan descomunal armamento es claro (a la luz de las teorías de la evolucion, ya sean darwinistas o lamarckianas) que esta raza no pudo sobrevivir hasta nuestros días. Es fácil razonar que la evidente incapacidad para desplazarse correctamente (tripedestación contra natura) con seguridad provocaría que tropezaran en multitud de ocasiones, llegando a romperse los piños, e impidiendo consecuentemente su correcta alimentación, ya que en esas épocas bárbaras no se comercializaban los potitos ni cosa que se les pareciera. Total, que mucho aparato, pero que no pudieron transmitir sus genes.

Abajo, un bicho con la pilililla ya más pequeñaja (todos se reían de él en el poblado), jalea a dos de sus contemporáneos que, por no tener ni Interné ni Telecinco, se entretienen en abrirse la crisma. Bárbaros y salvajes tiempos aquellos.


Sabedor de la inquietud cultural que adorna a los lectores de este blox, sus pongo estos dos enlaces para pinchar un poco en ellos: Aquín y acán.

Bajando del cerrete, nos encontramos con Boli y Alberto que estaban explorando la zona con sus amotos. Hacían burrun, burrun...


Ya en Bernardos, como un clavo estaban el Abo-Rufus y su santa, con los que procedimos a degustar en casa Santos (bar Yagüe) el tan traído y llevado escabechado (que no escabeche).


Poquito de palometa, poquito de carrillada.


No faltó un poquito de chori de matanza y las consabidas cervezas. Y un bacalao que estaba para chuparse los dedos.


La vuelta, con el estómago lleno, iba a ser relajada. Pero el sherpa continuaba rabioso. Además mi estómago sonaba en dolby-surround debido -sin duda- a los restos que en él quedaban de los maravillosos judiones con las que ayer nos obsequió la señá Paqui, madre del afortunado Apa (ex-sherpa, que ya no monta en bici, que se ha vuelto metrosexual y juega al paddle -padel-).

Digo que la vuelta se preveía relajada, pero no lo fue. De hecho, mejoramos la media de velocidad de la ida. Únicamente hicimos un amago de rebajar el ritmo cuando nos planteamos comprar queso en Armuña. No lo encontramos pero, ya que estaba, hice una foto de su Catedral.


Más fotos. El sherpa siempre agachado, sin decir esta boca es mía. Como no había con qué entretenerse, hacía fotos. Pongo sólo unas cuántas, por lo de no aburrir... Tanto asfalto, ya se resentían mis posaderas. Y, aunque nos vino bien para entrenar Ronda, creo que no volveremos a hacer una parecida hasta dentro de bastante tiempo.

Por cierto, dos años y una semana hace que hicimos la etapa original del escabeche. ¿Recuerdas el sufrimiento, Rocinante? ¡Quién te ha visto y quién te ve!.


La sombra seguía a duras penas pegada al sh-Sherpa.


Ni siquiera aquí abandonamos el asfalto (consecuentes que somos con nuestras decisiones).


Y llegamos por fin a casita, después de más de 80 kilómetros de "técnico" recorrido. Queda de esta manera demostrado que los sherpas somos animales que nos adaptamos con (relativa) facilidad a los más diversos hábitats. Y como está demostrado, no más asfalto hasta dentro de muuuuuuuucho tiempo.

Foto turística, con su señal de 50 y sus contenedores de basura.


Y, como digno remate de la etapa,  la Cuesta de los Hoyos con los dientes apretados. ¡Ca**ón de cuñao!.


. - o O o - .

Al quedar por la mañana en la Loba, estaba Domingo con Adrián. Nos dijo que de ir a Bernardos nasti de plasti, que él era sherpa y que subía a la sierra. Entendimos sus razones. Sin embargo, el traidor del sh-Ete se fue por su cuenta sin decir ni esta boca es mía, y tuvimos que llamarle para ver qué pasaba, pues no sabíamos si esperarle o no. Luego me enteré de que también había salido sh-Enrique. El sherpa-Rocinante, por su parte, creemos que tenía una de sus competiciones con la bici rota. Los demás, ya sabéis: Unos haciendo dinero a espuertas, otros esquiando y otros más -quien sabe- durmiendo plácidamente.

A todos ellos: En los comentarios quiero, si no una crónica, sí una breve reseña. Que creo que al final sí que estaba ciclable, por lo menos, hasta la Fuente de la Reina. Isn't so, sh?

Última hora: Nos llega, de nuestro corresponsal sherpa en Valladolid, foto del estado de la Fuente de la Reina esta mismísima mañana. La "mini-crónica" aparece en los comentarios.


Hay "una ventana en la nieve", que no "nieve en la ventana".

Trialera: Dícese de la parte del camino donde tus huevos abandonan su lugar para hacerle compañia a la garganta.