domingo, 20 de mayo de 2012

Dos por una: Tres chozos y Frigopié

Os voy a contar una cosa: Anoche tuvimos cena (gracias Apa por las exquisitas setecientas chuletillas de cordero) y entre los comensales destacaban los ojos rencorosos de Itos, Mark-Itos que, sin decirlo, me decían que a ver si soy más responsable y cumplidor con esta tarea mía de las crónicas. Precisamente para aplacar esa mirada que se me quedó clavada y me removió la conciencia sherpa, va esta doble crónica.

LOS TRES CHOZOS

El viernes habíamos quedado (además de quien se apuntara) Jorge, Mario y yo para hacer una de las cásicas pendientes: La etapa "de los tres chozos", así llamada porque... nos da la gana.


Imponderables de última hora hicieron que Sherpa-Mesehaolvidaoelcelebro-Mario no pudiera honrarnos con su presencia. Sin embargo, sí que nos acompañaron al principio de la etapa los rangers Huertas, José Luis y Rueda, Joaquín.


Desde Dos Cabañas, solitos y resoplando, subimos Jorge y yo; el colorao de la foto, con cara de cagüental-que-hago-yo-aquí soy yo. El pequeñito de atrás es Talus.


No pongo fotos, pero la subida hasta la Majada del Tío Blas fue dura, como muchos de vosotros sabéis. Sin embargo, me creeréis si os digo que éramos los tíos más felices en varios kilómetros a la redonda: ¡Vaya tarde preciosa!


Atravesamos el bosque siguiendo un track que llevaba grabado Jorge. De vez en cuando me preguntaba que si íbamos bien e, indefectiblemente, yo le respondía: "¡Ahhh, ni idea; yo soy sherpa!".  Y era verdad, no tenía ni idea. Sin embargo, la suerte -¿o quizás el track?- hizo que fuéramos a dar directamente de narices con el Raso del Pino, lo que hizo sencillo nuestro camino hasta el Chozo Aránguez.


Bueno, lo de sencillo es un decir, ya sabéis...


Y lo del chozo... indescriptible: La luz del atardecer, el sonido de los regatos rebosantes de agua -¿de dónde sale tanta agua, si no la cortan ni de noche?-... Para que os hagáis una lejanísima idea, os pongo unas fotos. Como podéis suponer los que me conocéis, hice muuuuchas más. 


 El escape del Chozo lo hicimos a lo topabajo, salpicándonos las piernecillas con el agua fresquita, que era una delicia.


Casi sin querer, enlazamos con la pista de la Majada Hambrienta, la misma que cuando la hacemos al revés, es una especie de callejón sin salida.


Buenísima temperatura, luz rasante, pista agradable... el Valhalla de los sherpas.


Hasta las vacas saludaban, no como otros "bichos" que nos encontramos por el carril bici y que no dicen ni "mu".
- Hola vaca.
-Muuuuu ("Hola sherpas").


Jorge alucinaba, pues no conocía estos pagos. Ya, pocos le quedan, pero alguno hay todavía que le podemos eneseñar.


Un traguito en la fuente de Majada Hambrienta (antes conocida por fuente del Tío Levita), justo cuando el sol comenzaba a esconderse, nos daba bríos para la bajada; el sentido común nos decía que teníamos que ponernos un poquito de ropa, una rebequita, un chal... algo.


Luces... y el bosque se convierte en un lugar mágico:


Toda la bajada fue por senderos. Al final tomamos uno que me encanta, que unicamente había hecho en solitario hasta este día:se trata de la Vereda de las Vueltas, que sale un poquito más arriba del Puente de las Quebradas y que nos deja al final del Carril de la Fuente del Ratón. Reconoceréis el puente de la foto.


Como era el Valhalla, no nos faltó ni el jabalí. No salió en la foto, pero ahí estaba, con su mirada insolente y un pelín amenazadora; que un jabalí es un jabalí, aunque esté en el mismísimo Pontón, a escasos 200 metros de la carretera.


Me despedí de Jorge en el aparcamiento, que tenía que llegar más pronto que tarde a casa, y aproveché el carril bici para cenar un poquito, que tanto disfrutar consume energías.

¡Toma flash! Ciego por unos segundos, casi me caigo en el carril bici.

Estaba ya oscuro, pero la tarde había sido un estupendo remate para un viernes más de este loquísimo mes de mayo.


(Estoooo... ¿Y las walkirias?)

FRIGOPIÉ

Cincuenta minutazos de contrarreloj me costó contactar con estos gañanes. A estas alturas ya habíamos tenido nuestras respectivas raciones de lluvia y granizo. Muy ricas.


Pero al llegar a la Boca del Asno tuvimos que ponernos a cubierto, que el champlazo no era ni medio normal. Habíamos salido confiados de casa, y sin apenas ropa de repuesto, los goretexes, guantes, calcetines y demás ropajes estaban ya empapados y frescos tirando a fríos o helados.


Pero semos sherpas... ¿u qué semos?¿enagüillas, quizás?

 Esto...


¡¡No señor!! Habíamos quedado a las 12 en punto en la Fuenfría con el señor hermano del sherpa-Sherpa y un amigo del hermano del sherpa-Sherpa, y la palabra dada por un sherpa es sagrada; por encima de lluvias, granizos, nieves y todo lo que se le ocurra mandarnos a los hados, aunque sea el Dluvio Universal (que casi fue).


Pequeña parada al encontrarnos con Conda (¿Javier?), hermano de Ramón Segobike y con Isaac. Venían bien rebozaditos, también.


Al salir al asfalto a la altura del Cargadero del Puente del Minguete (¿eh, Chomin?), vuelve a llover con ganas.


En esta foto se ve un poquito mejor la lluvia (y el careto del sh-Sherpa, por lo cual pido disculpas).


Al quejarnos de la lluvia, el cielo nos escucha... ¡Y comienza a nevar! Mejor que el granizo de un poco más abajo...


Calentitos, y en nuestro propio jugo, la subida no se hace tan desagradable. Lo malo va a ser cuando paremos.


Curva de Casarás. Parece que en la Fuenfría se abre un poquitirrinín.


¡Como un clavo! Mirad la hora en mi Polar último modelo. Lo único malo es que el puñetero tiempo no nos había dejado hacer lo previsto: Subir hasta el Collado Ventoso para llegar bajando hasta el puerto. Pero hoy el Collado Ventoso sería lo más parecido al infien-no.


Estos "guiri-grinos" han escogido un mal día para comenzar el Camino de Santiago. No saben que pasado mañana estarán achicharrados de calor, jejeje...


A estos otros, les da igual.


Dos minutos más tarde, por lo tanto, impuntuales ;), llegan sonrientes desde Cerce, Juanjo y Sergio.


Es la hora del poster central del sherpa loco. Aunque se tape la cara, todos reconocéis al inconfundible lechoncillo. Si hago la foto un minuto antes, habríais visto al mismísimo Yeti in person, pero qué le vamos a hacer, estuve lento de reflejos. Con uno ya es más que suficiente para vuestros estómagos ¿no?. Y os advierto... todavía restan algunas imágenes bastante duras.


Parece que hace un buen día, pero el termómetro del sherpa-Sherpa marca tres grados si mal no recuerdo.


Inicio del descenso con una bonita vista del Montón de Trigo recién espolvoreado.


Casarás está por ahí.


Juanjo, bajando raudo en busca de la senda de la Desesperada.


La antorcha humana, el hombre invisible y Juanjo, -en ese orden- en la foto de abajo.


Muuuucha humedad y muuuucho frío en nuestros cuerpecillos. ¡Chomin y yo llevábamos los pieses que p'a-qué contaros...! Nos habíamos confiado y habíamos salido con zapatillas de verano. ¡Cagüen!


Ya llegamos a la altura de los Corrales de la Desesperada, precioso cacho pedazo de trozo de bosque.

En tiempos de crisis es importantísimo tener una buena hucha.
 Un poquito de subida, y nos encontraremos con la mismísima pista de la Cruz de la Gallega.


Un pis...


Deslumbrantes acebos.


Ya en la pista decidimos, en atención a nuestros invitados, acortar por Revenga. Bueno, mis pies también agradecen este acortamiento del camino de regraso.


Bajando por la clásica Nunca Bien Ponderada, foto p'atrás.


Pantanín de Revenga. Como llueva una gota más, explota.


Juanjo ya está algo cansado, pero aunque se moje, aguanta como un jabato.


Unos charquitos en el camino hacia Hontoria, para salpicarnos unos a otros, por si no habíamos tenido suficiente.


Duchando a las burras. Manda narices, que ahora que llegamos a casa, ¡parece que sale el sol!


Y esta foto de mi pie explica el título de la crónica. Podéis haceros una ligera idea de cómo me picaban en la ducha, bajo el chorro de agua calentita.


Ya. Me voy a ver el tenis.

¡Recontra!¡Si todavía tengo que rematar la de Ponferrada!

12 comentarios:

  1. Qué buena ruta, qué buena tarde y qué buena crónica!!. No conocía el tramo entre el Tío Blas y el arroyo que cruzamos siempre para coger el camino del Aranguez. Y tampoco el Chozo del Tío Levita ni la bajada que nos hicimos por senderos. Guapísima!!.
    El piscolabis junto al riachuelo con esa luz...indescriptible, de pinícula de Heidi!!jejeje

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  2. La foto del cacho bocata en el carril bici, épica oiga!!, terrorífica, pero épica!!jajaja

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  3. Nos dejamos en casa a la cabra Blanquita (léase Mario).

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  4. Son fotos duras... ¡pero hay que ponerlas!
    Pues no te digo las de la segunda crónica: hay algunas que son p'a vel-las!!!

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  5. Así que tanta prisa esta mañana- que parecías el conejo loco de Alicia en el país de las maravillas- para acabar jodido de frío y con los pies congelados......
    Hemos andado cerca rematando las rutas, se conoce que la zona de Revenga y el azud debe de haber un microclima, que los perros viejos los días de frío buscamos por allí cobijo

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  6. jajajaja, es importante tener una buena hucha, sí. Pero llena de euros, no de barro.jajajaja

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  7. Veo con horror que he escrito al principio de la crónica algo así como "...para acer una de las cásicas..."; y, con más horror todavía, que al poner la evidente "hache", no se actualiza ni p'atrás!!!!!!

    Después de unos largos segundos de incertidumbre, el honor del blog queda a salvo, ¡uf!

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  8. Así es, Remi. Por cierto ¿vosotros no os habéis mojado ni un poquito?

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  9. Sí, lo he visto, pero obviamente me he dado cuen de que has escrito a toa leche, En la de hoy hay algún gazapillo "Camino de regraso"...jejeje. A ver si te subimos el sueldo ya de una vez!!

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  10. JA !!! Hoy había café pa´tos... por arriba y por abajo, que no falte por ningún lado

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  11. Bonitas fotos las del Chozo Aranguez.
    Han compensado las imágenes duras de la segunda crónica....
    jajajajjajaja

    Un besazo.

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Trialera: Dícese de la parte del camino donde tus huevos abandonan su lugar para hacerle compañia a la garganta.