miércoles, 14 de marzo de 2012

Un, dos, tres... ¡rodando!

Subid el volumen, sherpas y demás amigos de ol over de güorld, que Jorge nos alegra el día con este pedazo de video. Podéis hacer como que tocáis la guitarra o la batería mientras lo veis:



"Por un puñau de nievarraca". P'a vel-lo en má mehó: http://vimeo.com/38583283

Rodar tiene 12 acepciones en el DRAE. Y de todas ellas, el domingo escogí, después de hablar con Jorge, la que hace referencia a grabar vídeos, pelis y esas cosas. Resulta que Jorge ya se siente casi en plena forma y quedamos en subir a buscar nieve --que todavía hay-- y grabar tranquilamente con nuestras dos GoPro. A mí me venía bien porque estaba con un catarro malito y de ese modo nos preocuparíamos más de la cámara que de los kilómetros.


A pesar del escaso espíritu sherpa que animaba la expedición, me acompañó desde Segovia el sherpa-Sherpa. Un poquito más adelante nos encontramos con Alberto y su chico, Iván, al que estaba transmitiendo las primeras nociones globeras y enseñanzas de la tribu; ya llevaban un buen rato dando volteretas por ahí.


En el Pontón nos esperaba puntual Jorge, el hombre que no puede pasar por los arcos de los aeropuertos, el sherpa biónico, mitad carne y huesos, mitad titanio.


Y, aunque tratamos de darles esquinazo, in extremis aparecieron Sherpete y Sherpol, hermanos, pero uno más friolero que otro. El día era bueno, soleado, fresquete, justo para salir con una pernera larga y otra corta.


Muuuuuuy despacito subimos, pasando por las huertas de la Granja, hacia Tobarejos, paraje donde Jorge emuló al último superviviente al beber de la cacera ya que se había olvidado el agua en casa. La verdad es que tendríamos que hacer una lista de los artitugios, adminículos y cachivaches que tenemos que llevar/ponernos/atornillarnos para que no se nos olvide algo, que son multitud. Preguntado esa misma noche, parece que le sentó bien, menos mal.


Desperdigados, cada uno según sus fuerzas (estamos que damos penita los sherpas) fuimos subiendo (arrastrándonos penosamente, en realidad) hacia el Salto del Corzo por la ruta mariquita, o sea, sin ni siquiera plantearnos la opción de las "zetas".


Poquitinín más arriba del Salto del Corzo Loco ya era territorio de nieves cuasi perpetuas, en un estado a veces semisólido, a veces semi-yo-qué-sé-qué. No se iba fácil. Y yo, con la flojera que tenía, avanzaba más lento y tambaleante que la duquesa Cayetana.


No solo iba malito sino que como se puede ver en esta foto que me hizo Jorge y que yo no he retocado pa ná, ¡¡¡estaba radiactivo!!!

Y con el pie en tierra, ¡el acabose!


También hay que decir que más atrás aún, a velocidad inconcebiblemente lenta para mantener el equilibrio sobre dos ruedas, subía Ete. Cuanto más gana entrenando la carrera, más pierde en la bici. A este paso se va a salir en la Media Maratón.

Peñalara. De exposición.
A la derecha del El Accidente, cerca de las Carboneras, el bosque estaba muy sucio, con multitud de ramas por el suelo. Junto con la nieve hacía dificultoso el avance, y nos hacía pensar en que iba a ser difícil llegar al Chozo Aránguez, que es lo que teníamos en la cabeza.



Dudamos mucho si continuar desde el arroyo de las Almas del Diablo --bonito nombre ande los haiga, y pintoresco a la par-- ya que unos andarines tuvieron ciertas dificultades al subir la pendiente, pero... ¡qué diantres!¡¿semos sherpas u qué semos?!


Pues... aunque no tengamos claro lo que semos, de cuanquier modo, tiramos p'alante.

...o, mejor dicho, tiramos p'alante de cualquier modo.


Al final, se iba mejor de lo que esperábamos, mereció la pena seguir. Teniendo cuidado con el hielo y conteniendo la respiración sin llegar a ponernos azules, se mantenía el equilibrio.

¡'taluego, pino-elefante!
Enseñamos a Jorge la fuente (manantial) que nos había descubierto Chomin, y continuamos para bingo.


Nieve y sol a raudales, sólo nos faltaban unas cervezas y las amigas de Scarlett. Una pena que en esta ocasión no pudieran hacer un hueco en sus apretadas agendas.


Y es aquí donde nos empezamos a entretener el amigo Jorge y un servidor con las cámaras, poniendo y quitando el trípode, buscando el plano más innovador, en definitiva, arriesgando el pellejo por el Séptimo Arte.


Pertinaz sequía, sí, pero la nieve todavía alimenta a estos espectaculares regatos que bajan cantarines habiendo nacido apenas unos metros más arriba.

Según el mapa, el arroyo Peñalara en su nacimiento. Aquí unos amigos.

Entretenidos con nuestras cositas, los sherpas ya estaban pensando sucias malignidades... "¿Qué harán estos?". Pues ya véis, guarreridas, pocas; que lo nuestro es rodar. Rodar y rodar, rodar y rodaaaaaaaar... Un rato largo nos tiramos poniendo y quitando cámaras, hasta llegar adonde estaban los demás esperándonos,

Making movies
Y no estaban solos. ¿Quién puede haber subido hasta aquí?¿Quiénes pueden estar tan locos cono los sherpas locos? La respuesta es obvia, inmediata y evidente.

Clarita y cristalina: Los kamorkas locos. Bueno, los kamorkas... y Chomin que, madrugador y habiéndose encontrado con ellos, les embaucó con sus artimañas ("vamos por aquí, que es más corto y si hay un bar os invito...")


Mientras, subía a Peñalara una expedición que momentos antes, por lo visto, había departido con nuestros amigos.

Pinchad, que se les ve por ahí, pequeñitos y sufrientes


Pues nada, ya que estamos, todos para abajo.

Aquí si que estuve poco vivo, porque conociendo el afán de protagonismo de David Gasofa, no puse a grabar la cámara y me lo pedí. Por supuesto, no tardó en hacer una de sus famosas cabriolas, clavando la rueda delantera y aterrizando --sonrisa en la boca-- sobre la mullidita nieve.

Digo de David, pero pocos nos libramos de algún tipo de chingoleta o similar, que la nieve estaba "en su punto" para que el descenso no fuera ni fácil ni aburrido.


Última foto de los sherpas pues, a partir de aquí, nos quedamos Jorge y yo solitos grabando como locos. Y mientras nosotros rodábamos, los demás se fueron rodando. Leyendo la crónica kamorka, parece que se lo pasaron bien.


Íbamos buscando tramos en los que grabar, pero era difícil que la rueda delantera no se hundiese al poco de comenzar a rodar. Las tomas eran cortas, pero eso dará más ritmo al montaje, ¿no?. Tiene curro Jorge, porque se ha quedado con todo el material para hacer el vídeo (que todos esperamos con verdadera ansia).


Anduvimos todo el tiempo acompañando al arroyo Peñalara, hasta que dimos con la pista a unas horas bastante avanzadas ya. Jorge hace una foto a un arroyo subsidiario del Peñalara, en la pista de la Cabaña del Tío Levita.


La verdad es que esto no se puede hacer con más gente, de modo que aprovechamos para grabar como locos. No estaba yo muy "cristiano", así que tampoco van a ser las tomas demasiado espectaculares, pero dice Jorge que hay material muy divertido. Lo único negativo es que de tanto parar no disfrutamos de la divertidísima y vertical bajada como se merecía. Navalesquilar, Vaquerizas, la misma pista de la Fuente del Ratón... A Jorge le gustó, y habrá que repetirlo en mejores condiciones y toda de un tirón. Por cierto, que le vi estupendamente. Ha pasado poco tiempo desde la operación y parece completamente restablecido.


No sé qué pensará la sherpería, pero me apetecería echar un vistazo a Malagosto, que hace mucho que no nos acercamos por allí. ¿Qué pensáis, eihn?

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Sé, queridos lectores, que este retraso en la crónica, aunque justificado, será considerado por las altas jerarquías sherpas como una grave dejación de funciones. Y como lo sé, lo asumo.

Y con las orejas gachas y el ceño arrugao me despido hasta la siguiente. Ciao.

domingo, 11 de marzo de 2012

Hoy me tomo descanso

La flojera que me invade y que ha podido ser comprobada esta mañana (¡no os digo más que casi me coge Ete subiendo al Salto del Corzo!) me impide teclear esta tarde. Un dolor difuso de cabeza, junto con una fea molestia en la rodilla malita me tienen postrado en el sofá, y ya puestos, preparando unos dificilísimos exámenes para mis desafortunados alumnos. Mala suerte. Si la salud me sonriera, todos estarían automáticamente aprobados con dieces y onces, pero así es la vida... ¡Otro curso será!

A ver si más tarde me pongo un poco...

Trialera: Dícese de la parte del camino donde tus huevos abandonan su lugar para hacerle compañia a la garganta.