sábado, 6 de octubre de 2012

Sigo a la espera...

Desde un ordeñador que no es el mío os envío este mensaje en el que os comunico que sigo sin electrónica. Y es que parece que cuando un ordeñador-sherpa se estropea, como ocurre con su dueño, se estropea de verdad. Una semana lleva en la UVI, y lo que te rondaré... A pesar de que se me van acumulando los trabajos, que ya llegará el día de darlos salida (sobre todo, pienso en Irati), tengo que confesaros que me estoy acostumbrando a la tranquilidad de vivir sin la tiranía de estar todo el día atado al susodicho cacharro diabólico. Mientras, cedo los trastos al sherpa-Sherpa que voluntariamente se puso el otro día al tajo, con éxito de ccrítica y público.

Sin embargo no dejo, como os digo, de acumular trabajo y material. Siempre pendiente de mis lectores, dejo este testimonio de ayer mismo, sin ir más lejos: bajando por la senda de la fuente del Montañero (¡a la que accedí por el puritito bosque, ladera abajo!), tuve esta pequeña descabalgada; lo primero que hice, todavía enganchado en los pinochos, echar mano de la cámara: podéis ver aún la polvareda que se levantó con la caída.


El bosque vuelve a tener zonas realmente secas y polvorientas, después del espejismo de la pasada semana; a ver si es verdad que a partir del lunes se pone a llover un poco.

Y ya que estoy, y de propina, una panorámica de la etapa del pasado domingo, yendo desde Tirobarra al cerro Minguete:


Lo sé, lo sé... Queda pendiente.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Que tiene uno que estar en todo...

Visto que la informática se ceba incluso con sus más devotos seguidores (aunque nunca renegarán de ella), le echaremos una manita al Padre Espiritual.


















Van unas fotos de la última etapa, sin comentarios ni nada, sólo fijarse que en una de ellas lo que parece ser el sol en verdad en verdad sus digo que era el mismísimo Dios que nos obsevaba con perplejidad.

domingo, 30 de septiembre de 2012

Buena etapa, que se queda casi sin crónica

Ya sabéis, cuestión de fallos tésnicos y tal. Aun así, como prometí, y a sutil sugerencia del sh-Sherpa, he escrito una crónica de mi puño y letra de la que he hecho quince copias a esmerada, primorosa caligrafía. Sin embargo, por imperdonable descuido,  no he encontrado palomas mensajeras en el palomar de la terraza de mi casa. En su defecto, he atado las crónicas a las patas de quince animosos gurriatos, ediestrados a toda prisa, que, sin embargo, no me ofrecían demasiadas esperanzas de llegar a buen puerto (o casa). No sé, quizás el de Mark-Itos haya legado, que es el que más cara de espabilao tenía.

Daba gusto ver a ocho sherpas subir a Tirobarra para luego bajar por la ladera del Cerro Minguete ante la sorprendida cara de los setecientos presentes en la (romería) de la Fuenfría. Luego el Gallo, el periódico... Al final, que lo sepáis, resulta que Jorge y Chomin iban por detrás. Jorge se quedó esperándonos en el Puente de los Canales, y que no pasamos, y que no pasamos, y que yo le llamo y su móvil no tiene cobertura... En fin...

Como dije durante la etapa, no hay mal que por bien no venga, y como no he podido descargar ni editar fotos, track, ni crónica ni ná, al final, después de comer someramente aseado, me preparé un baño calentito y me puse el programa del 30 aniversario de Tris, Tras, Tres, mítico programa de Radio 3. Si alguno de vosotros –muy mayores tenéis que ser– érais fieles oyentes del programa de Carlos Faraco, podéis haceros una idea del estupendo rato que he pasado en compañía del inefable detective Manuel Montano. ¡Una verdadera delicia!

Tengo que repetir esto de etapón, mas baño calentito, mas un poquito de  Tris, Tras, Tres, por lo menos una vez cada treinta años. Me lo apunto.

Trialera: Dícese de la parte del camino donde tus huevos abandonan su lugar para hacerle compañia a la garganta.