sábado, 30 de marzo de 2013

El sherpa flojo

El sherpa no tiene mucho que contar. Ni siquiera hace esta entrada porque haya ido a algún sitio, porque recorrer el carril bici no es ir a ningún sitio. El sherpa hace esta entrada, más que nada, para que no se muera el blog.

Hacía viento, aunque la tarde no estaba desagradable. Y había que aprovechar este extraño periodo sin llover, de los escasísimos que nos ha regalado este marzo traidor. ¿No era abril el mes más cruel?

Marzo ya está muerto-matao, y el puñetero viejo de luengas y blancas barbas no termina de irse. Será que se ha enredado las susodichas entre las jaras que crecen incontroladas en la cola del Pontón. Hoy el sherpa se ha adentrado por alguno de los senderillos y los ha encontrado salvajes.


Por cierto, que el sherpa no se hace idea de cómo estará el bosque. La mayoría del recorrido lo ha hecho por asfalto y sin embargo, ha contado hasta tres árboles derribados taponándole el camino. El asfalto llano le viene de rechupete a la rodillita del sherpa, que hoy cumple 100 kilómetros de rehabilitación.


Va tan calmo y tan despacito el sherpa, que toma decenas de fotos mentales. De vez en cuando, si ve que reanudar la marcha no le va a costar ningún dolor adicional, para, saca la vieja Olympus, y les pide a los árboles y a las nubes que sonrían. "Una fotooo...". Hoy, no sonríen; pero no salen feos.


Al sherpa de repente le da por pensar en que, cuando se compre la réflex, qué va a hacer. Porque echar la cámara en la camel no es buena idea. Que vale que él se caiga y se rompa una costilla. Pero la cámara, eso es otra cosa.


Seguramente siga utilizando la vieja Olympus. Y, si acaso, de vez en cuando haga alguna excursioncita con mucho cuidadín. No sabe. Ya verá.


Por aquí, vale; pero más adelante el sherpa va haciendo patinaje artístico, y tiene la sensación de que no es buena cosa para su rodilla derecha. Pone el molinillo y va con cien ojos. Aun así, al cruzar el puentecillo de tablas, tiene que echar un pie para salvarse de probar el barro.


En el carril bici no hay demasiados valientes hoy; sin embargo, en cien metros el sherpa se encuentra con tres paseantes con perro, casi juntos, los tres (los seis) concentrados. Concentrados de reunidos, no de taciturnos, lacónicos o callados, que también.


La tarde se ha quedado preciosa. Es lo que tiene Segovia, que a poco que asome la luz... "luce" mucho, ¿verdad?.


Veintiseis kilometrazos que se ha hecho el sherpa, como un campeón. Esta vez solito, que anteayer la sobri Ire, yendo despacito, casi le desloma. Está flojo aún el sherpa, pero todavía le quedan ganas y quiere salir mañana.

¿No véis, entre las nubes, el casco del sherpa?
A ver si la Primavera ayuda al viejo ese a desenredarse las puñeteras barbas, y podemos comenzar a disfrutar un poquito más. Algún signo parece que hay: hoy Ithos, hombre de fe, ya ha cogido unas setitas de cardo, las primeras de la temporada.

Y en el caso del sherpa-flojo, a ver si va acumulando, aunque sea poco a poco, suaves kilómetros que le fortalezcan la rodillita. Eso. Y a ver si se recupera del todo y de una vez, que esto de narrar las cositas en tercera persona solo le va a Fernando Alonso o a CJC viajando a la Alcarria. ¡Tamastonto el sherpa...!

domingo, 24 de marzo de 2013

El retonno (poco a poco)

La fuente de San Pedro está mucho más lejisísimos de lo que recordaba. Pero llegué.


Luego, vigilado por Enrique, hasta el Pontón y vuelta por el carril bici; que ya estaba bien de barros para ser el primer día de campo en tres meses y medio. 24 kilometrazos para abrir boca y convencerme de que ya puedo pedalear poquito a poco. Subo con el molinillo y bajo con más miedo que vergüenza, pero es un comienzo. Parece mentira, pero la rodilla se resiente muchísimo más en las bajadas, apoyando para hacer equilibrio, que haciendo fuerza en las subidas.

Esta tarde sesión triple de hielo, y como nuevo (espero).

Que tiemblen en Ponferrada.

Trialera: Dícese de la parte del camino donde tus huevos abandonan su lugar para hacerle compañia a la garganta.