domingo, 28 de abril de 2013

La suerte está echada

Aunque al escribir estas líneas, y después de la correspondiente ración de hielo, la zona rodillil esté un poco más sensible de lo normal, creo que con la salida de hoy daré por concluida la somerísima preparación peregrina de la presente temporada. Sé que algo más de 60 kilómetros están casi garantizados. Otra cosa será el barro, la lluvia, el frío, o los tres platos de arroz que seguramente me meteré entre pecho y espalda la noche anterior...

Irene y yo hemos salido escoltados por los sherpas, aunque pronto nos han dejado a lo nuestro: ellos por la cecera del Puerco, nosotros por la pista de la Cueva del Monje (Monk's Cave, en atención a los cientos de lectores angloparlantes de este blog, que nos rebota Trackmtb. Recomendadlo a vuestros amigos guiris, no lo olvidéis!!)


Dios y ayuda nos ha costado adelantar a un par de andarines que subían por la pista. Luego, al adelantarles, hemos entendido la razón: eran "ellos".


A lo nuestro íbamos, cuando a la altura de la Taquicárdica no ha alcanzado sherpa-Enriquet. Ello no ha supuesto variación apreciable en el cansino ritmo, pero sí en los temas de conversación, que pasaron de cero a unos cuantos.


Ejemplo de shodo (caligrafía japonesa) en pleno bosque. ¿Alguien entiende lo que pone?


¡Eh, mirad! Os aseguro que la foto no está trucada. ¿Habíais visto alguna vez un tronco levitando? Voy a mandársela a Iker Jiménez. ¡Hay que ver en las tonterías que se fija uno cuando va a siete por hora con el molinillo puesto!


Unas fotillos más. Pasado Valdeclemente los árboles estaban así de potitos; pero es que la temperatura estaba por debajo de los cuatro gradetes negativos. 


Hago foto, se me van doscientos metros; los cojo. Hago foto y se me vuelven a ir... Así toda la pista.


En la bajada Enrique decide pasárselo bien y baja por el bosque, mientras Irene y yo tomamos la pista de la asa de la Pesca para subir a la Fuente de la Reina por el querido Mortirolo. Pero antes, un refrigerio (y bien refrigerado, por cierto) en el puente sobre el río Kwai, que invitaba a meter los pies cosa mala.

La burra de Irene (con perdón) posando donde se juntan Telégrafo y Minguete
La sobrina compartió con su tío el Tigretón que llevaba, cosa que luego nos enteramos que no hizo el roñoso de su padre con el resto de los sherpas.

Este es el verdadero alimento de los campeones; y no la Nocilla
De nuevo con la compañía de Enrique subimos hasta la Fuente de la Reina. Declaraciones de sherpita: "Yo creía que iba a ser peor, me lo habíais pintado muy mal" . Así le gusta a tío: ¡con chulería, como una verdadera sherpa!


Enrique p'a casa, a ganar puntos; nosotros p'al puerto. Subiendo me suena el telefonoide. Es el sherpa-Sherpa (le noto sin resuello), que están en Navalviento, que nos vemos en la Fuenfría. Y aunque me hubiera hecho considerablemente más ilusión que me hubiera llamado Scarlett en lugar del sherpa, le digo que me paice bien, que vale...


Al llegar al puerto no hay quien pare. Hace un calor extraño, muy parecido a un frío del carajo. Y decidimos bajar hasta la fuente, donde estaremos más resguardados, a esperar a que lleguen estos gañanes.

La fuente está niagaresca, nunca la había visto ansí (asín, de este modo u manera).


Y penita me da ver a las dos, acurrucaditas, pasando frío solo porque los bichos estos no tienen ni pizca de consideración y nos hacen esperar a la cruda intemperie sin esforzarse en subir un poco más rápidorápido. Miradlas a las dos, ateridas, temblando...:

Una
Otra. ¿No os da pena?
Al final los señoritos tienen a bien aparecer, justo en el límite, en el mismo momento en que nos tomábamos el último pistacho.
 

La bajada bien, gracias. Solo reseñar que Chomin se nos extravió por el azud, que le había parecido poco el sube-y-baja con que habían divertido toda la mañana. Abrigaditos y contentos, la bajada para mí fue el reencuentro con las bajadas que ya casi había olvidado. Es cierto que el terreno no era comprometido, pero bajando por la cuesta de los Buitres, o por las laderas de la Cruz de la Gallega, he disfrutado como un enano zigzagueando con la Spe. ¡Ya era hora!


En la retratadura (afotación) que le he hecho al sherpa-Ete se ve uno de los momentos en los que nos ha nevado. ¡Me encanta cuando nieva yendo en bici! Don't you?


Para tener la bici casi preparada para el evento que se nos viene encima, ya puesto, bajé hasta el cuartel general sherpa para limpiarla un poco. En un momento dado, pude captar esta dura escena en la que un perro salvaje, con los ojos inyectados en sangre y cara de asesino, atacó a nuestro querido sherpa:

Sherpa muerde a perro. ¡No es noticia!
 De la refriega salió vencedor el más perro de los dos.
 

Trialera: Dícese de la parte del camino donde tus huevos abandonan su lugar para hacerle compañia a la garganta.