miércoles, 29 de mayo de 2013

Mal, Segunda Parte. Talus más Talus que nunca.

Ahora ya tengo jodidos los dos Talus, (por simpatía).
Pues este es el arreglo de ferretería fino de tibia y peroné, lo gordo no se ve, que es el injerto de cartílago de la rodilla en el astrágalo. (Talus). Y esa ha sido la bomba que se ha encontrado el médico al abrir. Ha tenido que cortar la tibia más arriba para poder acceder y hacer este injerto y esto es la mayor preocupación que tengo, pues si no lo hubiera visto y reparado habría perdido el tobillo en pocos meses y no sé que hubiera pasado. Ahora sólo espero que este injerto de cartílago funcione y no tenga dolores. Ahora tengo muchos por las incisiones y tal, normal. Sobre el papel la operación es una auténtica obra de arte.
También he visto fotos del tobillo todo abierto y despanzurrado, es bastante impactante. Ahora 15 días con escayola y seis semanas sin apoyo y luego poco a poco. Seguiremos informando....




Entre rodillas, tobillos y costillas vamos a poner un geriátrico. El sherpa cojo!!

lunes, 27 de mayo de 2013

Y el caso es que yo no quería

Yo no quería. Por eso quedé con Boli y Richi, que están en proceso de retomar el vicio (bici-o). Y por aquello de saludar a los sherpas, aparecí en el lugar habitual a la hora a la que habían quedado. Sherpol estrenaba burra. Tiene muy buena pinta. La burra.


En Parque Robledo la sherpería se iba, porque faltaban unos cinco minutilos para la hora a la que había quedado con Boli y Richi. En la foto se ve que se iban, pero apretando la marcha les cogimos justo cuando tomaban el camino de la depuradora.


Yo seguía sin querer, pero dado que había oído que el grupo se dirigía a la fuente del Intendente ('stán locos, pensé para mis adentraciones), les acompañamos hasta Prado Redondillo y luego vamos en busca del Cojón de Pacheco, bucólico, idílico (y esdrújulo) lugar, a pesar de su nombre, que es donde tenía pensado llevar a estos dos chicos.

La marcha no era demasiado exigente. La sherpería está que no levanta cabeza. Véase, si no, este paso en el que no es normal que todos se desmonten. ¡Quién nos ha visto!


La marcha seguía por lugares clásicos. El día estaba bonito, y la cacera del Puerco lucía chévere. Yo iba bien, pero seguía sin querer: me acordaba de lo mal que terminé la etapa anterior, la de la nieve (y la de la caída de Jorge). De hecho, he estado toda la semana con la rodilla muy dolorida.


Esta foto está hecha en la parte más cómoda de la subida de la fuente del Ratón.


Pero cuando la cosa se puso más técnica, Richi dijo que se despedía. Y el tío lo hizo bien: no quería aborrecer la bici justo cuando comenzaba a retomar la afición. Un tío con las ideas claras. No como otros.


Y aunque yo seguía sin querer, Boli dijo que tiraba para la fuente del Infante, que si la habíamos subido otras veces, el también quería subir. Yo no quería, pero no iba a dejar a Boli solito con esa pandilla. Me puse a la cola del grupo y tiré como pude. Pronto me dí cuenta que la subida iba a ser más patética que en otras ocasiones. Lo cierto es que el primer paso malito lo hice montado como un jabato, pero después de echar el primer pie, ya me dije que no merecía la pena forzar más. Pero es que a la mayoría de los señores mayores estos que me acompañaban tampoco se les dió demasiado bien.


De todos modos, pedalees o no, la subida es una bestialidad que te deja exhausto. Quién me mandará, quién me mandará... Si yo no quería...

A 1800 metros, las primeras manchitas de nieve.


Con las pocas fuerzas que tenía, logré hacer esta foto del paisaje que se veía desde estas privilegiadas alturas.


Y después de sufrimientos indecibles, llegamos a la fuente; aunque yo no hubiera querido subir. Esta falta de voluntad me va a matar un día. Justo el día después de que me reviente la rodilla, claro. Y esto lo cuento porque sé que mi traumatólogo vive en la ignorancia y que no tiene noción de la existencia de este blog. Que si la tuviera, la próxima vez que apareciera por la consulta iba a operarme... pero de la cabeza. En fin.


La fuente tenía un chorro inconmensurable. Esta sí, seguro que la apagan por las noches. Seguro. Porque si no, aunque la montaña fuera toda de agua, no daría para tan tremendísimo chorro y durante tanto tiempo.


Un ratito tumbados, disfrutando del lugar...


...nos dedicamos a consumir la variadas viandas que con tanto esfuerzo habíamos acarreado hasta esos altísimos 1900 metros a los que está la susodicha fuente.

In your marks...
Chomin, ahora no recuerdo por qué, vació su mochila: Sport Billy llevaba menos cosas en la suya. Lo único que no lleva, y es porque no lo necesita, es un cardador de pelo. Lleva hasta dos tipos diferentes de cinta aislante. Que hasta nos explico su diferencia y utilidad...


La bajada, para que Joaquín Rueda no se aburriera en exceso, la hicimos por los lugares habituales.


No pasamos por el poste telegráfico, no sé aún por qué, que habíamos quedado en pasar; pero en poco tiempo de fatigoso pedaleo llegamos al Boquete Alto de Majalgrillo, donde disfrutamos con la boca abierta de las siempre sorprendentes vistas.

Perspectiva poco habitual de la Mujer Muerta.

Un pajarito

Una pequeña muestra de lo que se ve desde allí. Ampliad y reconoced...
Allí arriba, Peña Citores y el Refugio. El sherpa-Sherpa ingenuamente preguntó que si habíamos estado allí alguna vez. ¿Hemos estado allí alguna vez, sherpas? Decídselo al cuañado. Lo que pasa es que, curiosamente, es mas fácil llegar allí bajando que subiendo... ¿¡a que sí!?


Tremenda pose de Ete. Xtreme-Ete.


Mira que me gusta esta bajada que ahora comenzamos (aunque yo no había querido subir hasta aquí)...


...pero va a ser que vamos a tener que esperar un rato, porque a Boli se le rompió la patilla al enganchársele en una jara u similar.


El consejo de sabios, en encendido y bullicioso debate, resolvió todos y cada uno de los problemas topológicos que nos presentó la cadena de Moebius, digo de Boli, que de tantos retorcimientos y retorceduras no había quien la volviera a su ser.


Y a disfrutar, to-p'abajo, sorteando piedras y arbustos rastreros. Y en el sorteo, qué suerte, alguno de cada me tocó a mí, jeje...


Aquí cada sherpa busca su camino, que a veces te metes en un sitio por que que no hay manera. Pero en eso consiste la diversión... ¡mientras no salgas volando!


De cuando en cuando, reagrupamiento. Que si no, Chomin habría llegado a casa a las 12.



¿En serio que hemos bajado por aquí?


Joaquín Rueda le está cogiendo el gustillo a esto de las bajadas sherpas. De vez en cuando me pongo detrás de él y vigilo que no eche el pie; que si lo hace, me chivo a los demás y le cae la bronca del grupo. Que baje despacito... pero sin poner el pie.


Cruzamos Majarrompe en dirección a la senda de la fuente de la Charca de la Rana, bonita e intransitada ruta.


Con sus soberbios ejemplares de acebo, que alguien encera todas las noches con un trapito, hoja a hoja, seguramente aprovechando que tiene que subir a cortar los arroyos y las fuentes hasta el siguiente amanecer ;)


La piedra-tiburón. Hoy sí que la he hecho foto, mientras Ete me decía "un día te vas a matar".


Y más bajada. Y más ir por el sitio más divertido aunque no coincida con el más corto. Y perder a Chomin que tira con las orejeras puestas. Y que los otros se van por la carretera, que quieren fichar pronto. Y que nosotros nos vamos a tomar una jarra de cerveza y unas patatitas en el Segovia, aprovechando que a las dos sale Alonso... Y en lo que Pablo pasa la bici por la puerta, ponte que te hago una foto.


En Parque Robledo, que es donde encontramos por fin a Chomin, agarrado a un botellín, las burras caen extenuadas en el suelo. Pobres. Cuánto nos quejamos nosotros y qué poco las tenemos en cuenta. Es verdad que yo no quería, ya lo he dicho. Pero lo cierto es que a ella no la he pedido opinión, ni la he consultado. A lo mejor, ¡tampoco quería!¡Animalita...!


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Remato esta entrada el lunes, ya tarde. Esta mañana han operado a nuestro amigo Jorge (Talus), y resulta que al abrir se han encontrado más estropicio del esperado. Aparte de tibia y peroné, resulta que el trozo de tibia ha estropeado el ya maltrecho astágalo (¡talus-bone!). Muchos ánimos y kilos y kilos de paciencia para nuestro amigo... Es duro, pero no queda otra :(

Relato en boca de Talus:

"La avería era más gorda de lo que parecía, yo me lo imaginaba por las
sensaciones que tenía. El astrágalo estaba golpeado por el trozo de la
tibia suelto así que hubo que sacar cartílago de la rodilla y ponerlo.
También tuvo que cortar la tibia un poco más arriba de donde estaba la
fractura para acceder al astrágalo. Tengo tres incisiones, tibia,
peroné y rodilla. No he visto todavía las radiografías ni sé el tiempo
de recuperación. Hoy hablaré con el médico. Ayer estuve drogado con la
anestesia casi todo el día. Todavía tengo bloqueados los nervios de la
pierna y no la siento en muchas partes. El médico ha hecho fotos con
el móvil de la operación..."


Por cierto: Alberto está con un par de costillas rotas. Nos ha mirado un tuerto (y mu-keibron).


Trialera: Dícese de la parte del camino donde tus huevos abandonan su lugar para hacerle compañia a la garganta.