lunes, 26 de agosto de 2013

Jorge vuelve fuerte

Después de varios meses con la pata en alto y con varios titanios y cicatrices más en su cuerpo, regresó ayer domingo a los terrenos de juego el sherpa-Talus. Una etapa interesante, quizás demasiado para lo que debería ser una primera prueba o toma de contacto, pero al final la superó con nota y sin percances, que es lo que interesa.

Le acompañamos en esta esperada vuelta a los ruedos los afamados espadas Ete, Chomin, Alberto, Boli y yo, con dos notables ausencias: el sherpa-Sherpa, (no presentó justificante ni parte médico alguno) y Sherpol, atacado salvajemente por unas sábanas que lo mantuvieron inmovilizado durante las primeras horas de la mañana.


¡Será por fotos! Ya no me acordaba de lo que era ver todas, seleccionarlas, cambiarlas de tamaño y editarlas y, por fin, ordenarlas. Porque cuando tengo las de Jorge y las mías, hay que poner cada una en su sitio, tarea que no es tontería. Para que os hagáis una idea, para esta entrada tenía 152 fotos. No está mal. Por cierto, y para el que le interese: tengo todas las fotos de todas nuestras salidas guardadas y organizadas para el que las quiera. Y los datos de cada una de ellas, ya sabéis...


Para la ocasión habíamos decidido subir al "Grano de Café", un bonito mirador descubierto -cómo no- por Chomin en las inmediaciones del Boquete Bajo de Majalgrillo, lugar recóndito para variar. En Santa Isabel, como el agua no nos lo impedía, decidió Domingo atravesar las piedras por un nuevo lugar, más que nada, por no aburrirnos de hacer siempre lo mismo. La verdad es que lo sorprendente es que el sherpa-Chomin no nos sorprenda, jejeje.


Hacía solete, no demasido calor y el ritmo era tranquilito: se iba bien.



En la foto de Jorge se me ve haciendo gala de una de las más avanzadas habilidades de las que soy capaz: montar sin una mano. Y así cantidad de metros. Todos los que queráis.


Subimos por la cacera del Cerro delPuerco, que baja a estas alturas casi seca. Sigue siendo, a pesar de ello, un sendero precioso.



Si paráis, os hago una foto.


Y seguimos hasta desembocar en la Fuente del Ratón y, toparriba, en la pista de la Cueva del Monje. Zona asfaltil sin nada que reseñar y un poquitirrinín más arriba, en Prado Redondillo, un par de individuos sospechosos nos taponan el paso y nos dan el alto: "Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, intrusión no autorizada. Todos a la cárcel".


Se trata de los Kamorka. Nos encontramos en todos los sitios, y mira que la sierra es grande. El domingo pasado, cuando íbamos a coger el Carril del Gallo, allí estaban. Un rato de charla. Ellos iban a la Fuente del Intendente, aunque a saber dónde terminarían...


En esta ocasión, tomamos el camino forestal del Prado Largo, en la Divisoria de Navalonguilla. Que nadie se engañe: tras estos nombres aparentemente inofensivos, se ocultan unas cuestas muy malitas que nos van a subir casi hasta los 1800 metros por un terreno en ocasiones demasiado sucio por lo poco transitado.

Jorge: "¿Y era esto lo que yo tanto echaba de menos, eihn?"
Boli, como todos los demás, poniendo cara de que estamos disfrutando. Personalmente, y aunque no hacía calor en exceso, subí chorreando unos goterones importantes.


Un pequeño descanso, que aunque en la foto no lo parezca, la cuesta se las traía. En un kilómetro y medio salvamos un desnivel de exactamente 200 metros por un terreno seco, suelto y sucio, en el que había que hacer fuercecilla al pedalear.


Viendo la foto ¿a que parece sencillo?


Incluso este terreno, justo antes de llegar a La Espera del Rey, parece llano.

¡Lo parece!

Casi llegados a La Espera del Rey, antes de alcanzar el sendero clásico, nos encontramos con esta lancha en el arroyo de Prado Redondillo, que baja paralelo al de Navalasviudas. Habrá que volver a visitarlo en otra estación con más agua; tiene que estar espectacular. Y si los del Parque Nacional nos dejan poner unos trozos de gomaespuma al final, no creo que les importe, nos podríamos tirar como en Aquópolis.



Allí arriba tomamos el sendero, un pequeño esfuerzo más y llegamos. Los primeros vieron a alguno de los Kamorka.


El lugar y los paisajes ya son los clásicos de la subida a la Fuente del Intendente, solo que en esta ocasión nos desviamos, no seguimos hacia arriba, y tomamos el sendero que discurre horizontal casi a 1800 metros hacia el Boquete Bajo de Majalgrillo.


Detrás de Jorge se aprecia perfectamente la inclinación de la ladera en el lugar (u sitio).


El camino es llevadero, pero tiene un par de sitios en los que la pendiente unida al serrín acumulado por la corta de troncos (renovado año tras año, no falla) hace que te agigoles* cosa mala. (N. del A.: "Agigolarse": En Segovia se dice de estar jadeante después de un gran esfuerzo. Ej.: Me agigolo un poco cada vez que asciendo el K-2 sin botellas de oxígeno)


Cerca del paraje conocido como Tetas de Vaca (los de Valsaín y sus topónimos) el terreno hace que en algún momento tengamos que echar pie a tierra, si bien Chomin no deja de recriminárnoslo: "¡Pero no os bajéis, hombre. No os bajéis...!"



Refrigerio y foto en la fuente de los Ceniceros de los Tíos Conrado, Rufino y Felipe. La pobrecita apenas gotea. Frutos secos ricos y charla con un par de andarines sorprendidos de que hubiésemos llegado hasta allí con las bicis.


Novecientos metros más de sendero salvaje nos llevan hasta el Grano de Café.


Foto de familia.


Creo que esta foto explica claramente el porqué del nombre que le dimos al lugar. Topónimo sherpa.


Chomin y yo hicimos una visita a la protofuente (un manantial) que hay a los pies de esta gran peña (me río yo de Pacheco) entre helechos y acebos. Sería la primera fuente sherpa. Para ello, pensamos que como castigo por no salir, el sherpa-Sherpa debería subir el saco de cemento y las piedras. Yo subiría el caño de PVC. Es una idea que habrá que madurar.


Vistas espectaculares desde el mirador, a los pies de Peña Citores.



Jorge cree que sigue en Cádiz, en la playa. Bueno, así relaja el pie, que buena subida se ha metido. Por la tarde un poquitín de hielo y un bocadillo de Paracetamol, y arreglado.


Por aquí sigo a Domingo para iniciar la bajada que nos dejará en Majarrompe. Un par de segundos después os aseguro que le perdí de vista. Boli iba detrás de él.


Preciosa bajada. Muuuuuuuy inclinada y polvorienta. Yo me apunto con Alberto, que bajó como las personas.


Y aunque hubiera querido bajar de otra manera, no se puede. La inclinación dicta la velocidad: se puede un poco más, pero tampoco menos. Es lo que tiene la gravedad en estas situaciones, que aunque frenes, bici y ciclista siguen para abajo


Reagrupamiento en Majarrompe, que parece que sube Pablo, victorioso en su pelea contra las sábanas. ¡Hace falta fuerza de voluntad! Vemos en la foto a Alberto adecentando la fuente, que estaba un poco sucia. La brigada sherpa de limpieza y mantenimiento del bosque siempre en acción.


Viendo la hora que era, Domingo y Boli deciden ir tirando, que esta tarde tienen que viajar. Nos quedamos esperando a Pablo...


...que nos sorprende por arriba, cuando le esperábamos por abajo.


Pablo, Ete, Alberto y yo comenzamos la bajada buscando la fuente dela que me había hablado Pablo.


Ahí están: Pablo y la fuente. Resulta que no me acordaba, pero sí que la tenía en mis archivos.


Se trata de la fuente de la Vereda del Robledillo, bucólica y rústica. Con algo más de caudal que las anteriores. Como casi siempre bajamos ciegos por aquí, no solemos reparar en ella. Yo, al menos. Ya sabéis que a mí las fuentes, a pesar de la fama, siempre me las tenéis que indicar.


Pocas fotos de la bajada, por razones obvias. Esta nos la hizo Jorge, que llegó antes a pesar de su tobillo. No quiero pensar en cuando esté ok (ten cui, Jorge). En la foto se ve que voy el último, pero es que hoy me he dejado el timbre y no puedo adelantar. Que si no...


Ya en el CENEAM. Normalmente se diría que ya estábamos abajo, pero los sherpas solemos liarnos un rato por aquí, que hay unos senderetes muy chulos.


Para llegar a la autovía de circunvalación de Valsaín, otro de los clásicos rodeos que nos gusta tomar.


La vaca, un animal sin otro afán que rumiar a la sombra, sin nada más que hacer.  ¿En qué pensarán...?


No sé en qué pensarán las vacas, pero nosotros hacía tiempo que llevábamos en la cabeza unas jarritas de cerveza que no tardaron en llegar en un bar del Real Sitio que, por cierto, estaba hasta la bandera, en plenas fiestas.



Aunque me ha costado lo suyo, ha sido un placer retomar esto de las crónicas. Y lo he hecho porque el otro día vi triste y cabizbajo a Marquitos. Espero que con esto comience a levantar cabeza. Al menos, fotos tienes un rato ¿eh? Además, como el sh-Sherpa no creo que le dé por hacer la crónica de su Mini-Camino, puede que me decida a contaros mi Mini-ruta de Santiago a Finisterre con aderezos sherpas. Ya veremos...

¡Ah! Para ser justos, y aunque esto no le exima del cumplimiento de su deber, he de decir que al llegar al Cuartel General me encontré con esta estupenda paella que estaba preparando con cariño, esmero, congrio y dedicación el sherpa-Sherpa. Por lo cual la apertura de expediente queda pospuesta (posponida) sine die.

Cinco minutos más, y lista.

Hala...

Trialera: Dícese de la parte del camino donde tus huevos abandonan su lugar para hacerle compañia a la garganta.