domingo, 13 de octubre de 2013

Tú a Boston y yo a California

Hoy toca entrada, yujuuu!!! Y es que la semana pasada, debido a unas pequeñas reparaciones en el ordeñador, no pude subir nada. Y eso que tenía chascarrillos que contar y fotos de sobra, que Alberto me pasó su tarjeta. Pero c'est la vie, mes amis...

Hoy toca entrada, si, pero tengo que decir que mi etapa tampoco da para demasiado...

Lo de Boston y California no solo es por lo esquivo que estoy últimamente. Resulta que, salpicados por el bosque, había sherpas por todos lados y a todas horas: Boli había salido con un amigo ya a las 7'30 de la madrugada; Enrique fue visto subiendo al Chozo; el grueso del grupo (nadie se dé por aludido, por favor) iba más o menos reunido, sin rumbo definido, aunque luego se separaron ¡en tres! (Ete, tenía prisa, jejeje). Yo, ya lo dije: a mi bola y ritmo, reconociendo los alrededores. Y sh-Sherpa, al que hacía luciéndose por los karaokes emeritenses, habia salido, ¡atención!, sin llegar a ver el final de la carrera de F1, tal es ya el desinterés en el que ha caído.

Fresquita mañana. Esta semana no ha llovido y desisto de buscar boletus. Bajo la bici del coche en el aparcamiento del Pontón, que el carril bici cada día se me hace más insoporteibol; y como me hago mayor, algún día seré incapaz de sortear tanto andarín desaprensivo con perrito de impredecible caminar, atado con correa de diez metros o más.

Mirad: ya se le ven los ojos
Las nubes rechupetean el Moño de la Tía Andrea y el sol se derrama sobre los bosques, pero sin llegar a dar ni calor ni color. ¡Ohtoño! (Justo aquí os iba a poner una poesía sobre el otoño, de Gloria Fuertes, pero he pensado que os la voy a ahorrar)


En la Cuesta de Valparaíso, mientras iba pensando en mis cosas, me adelanta un par de ciclistas (¡a mí!), uno de ellos con una bici de ciclocross. Hablamos un rato y se apuntan a buscar a Boli, que me acaba de llamar y hemos quedado en Valsaín. Ha estado en el Chozo con un amigo, ya os lo he dicho, y quiere más diversión. El que no está muy contento es Lucas, el sherpa-perro, que tiene que quedarse en el coche echando una siesta, si es que en algún momento deja de gruñir. A padre le cuesta dejar al animal en el coche, se lo noto...


Ete, esto es para tí: Boli tiene burra nueva, mírala. Y nosotros dos tenemos las máquinas más pehistóricas de esta parte de la sierra. Y de la otra, también. Te lo digo para que te lo vayas pensando. No te digo que nos hagamos con una de cabrono, que a mí esas plastiqueces ni ni , pero que te lo vayas pensando, a ver si en tres o cuatro años hemos ahorrado lo suficiente o nos toca la loto-sherpa... ¡Mejor déjalo!


Tomamos la Cacera del Puerco. Me encanta. Por si no lo sabéis, en el Juego de Bolos, unos metros antes de coronar en la pista de la Cueva del Monje, tiene Mark-Ithos una fuente, con el cartel más elegante de toda la sierra. Y con su par de boletus y todo. Pones un sofá, mueble bar y wifi abierta y lo bordas, Ithos.


Aborrecemos tanto el pedalear asfaltil, que nos vale hasta la cuesta de Navalesquilar, Camino Forestal de la Cabaña del Tío Levita, tan pedregoso y desagradable como cuando le conocimos decenios atrás. La patata mesesaliaporlaboca y de vez en vez la tenía que empujar p'adentro con la mano. En una sombrita en la que para Boli (bendito sea Dios) nos damos cuenta que como anfitriones dejamos bastate que desear: nos hemos olvidado de nuestros amigos; y aunque esperamos un buen rato y proferimos unos desagradabilísimos gritos por si nos oyeran (u oyesen, que también nos habría valido), no obtenemos respuesta. La verdad es que con la bici de ciclocross la cuestecita estaba bastante desabradable. En fin.

¡Mierda foto!: Parece una cuesta vulgar y corriente
Como cualquier excusa es buena para un descansín, paramos en un cantarín chorrete al borde del camino. Resulta que es la Fuente del Tío Levita. Recuerdo que hace tiempo, la que hoy conocemos como Fuente de Majada Hambrienta estaba señalizada cono Fuente del Tío Levita. Pero parece ser que no lo era. En el libro de Nacho Maderuelo indica que ésta del Tío Levita está hecha por él mismo, por Conrado Martín y su hermano Eusebio. En la foto del libro de Nacho (pg. 233) se adivina la fuente, hecha en agosto de 2010, con una pinta bastante más decente. Ahora es un mero tubo en el cauce del arroyo del que no nos atrevimos a beber: los excrementos vacunos de los alrededores aseguraban una diarrea importante al imprudente bebedor.


Pongo la siguiente foto con una mala leche importante: aunque se ve a Boli retorciéndose encima de la burra... ¡PARECE LLANO! Menos mal que los que conocéis la subida sabéis que se la puede calificar de muchas formas, pero nunca de los jamases "llana".


Aquí, justo aquí, mana el Arroyo del Tío Levita. Cuarenta metros de desnivel más abajo es donde está la fuente que antes he reseñado.


Un poco más de cien metros más adelante entreveo (¡mira que hemos pasado veces por aquí!) lo que parece la embocadura de un prometedor camino. La indómita Spe (no te enfades, tonta, que no pienso cambiarte por otra), antes de que me pueda negar, tira p'allá. Y Boli delante. Algo sucia, sube y baja indecisa.


Y cuando más emocionados estábamos con nuestro descubrimiento, va y se termina. De repente. Sin avisar. ¿¿¿??? Recuerdo varias de estas pistas-interruptus que te dejan con las ganas: en la falda de la Mujer Muerta una, bajando del Malagosto desde la cuerda que va hacia el Reventón otra... El ingeniero que la hizo era con seguridad un vacilón o un tío con malafollá, que diría un granaíno. Porque es que era imposible continuar, por muy sherpa que uno sea.


Pues vuelta al chozo de la Majada Hambrienta, qué le vamos a hacer. Ya que tengo el libro de las fuentes a mano, leo en él que el topónimo puede que venga bien porque a los pastores que permanecían en ella les llegaban los suministros desde el valle con demasiada poca frecuencia, bien porque la abundancia del ganado lanar durante el estío hacía que se agotaran los pastos con rapidez. También dice que fue el mismo Conrado Martín el que apañó el chozo hace ya algunos años.


En los alrededores hay alguna muscaria mustia, pero ningún boletus. Ya os he dicho que esta semana no ha llovido. También hay lindas florecillas cuyo nombre desconozco.


Inspeccionando el tejado mientras Boli hacía una llamada a Alberto, que queríamos quedar a la vuelta. Resulta que él, Domingo y David han ido al Grano de Café. Ignacio y Pablo han ido a la busca del boletus. Busca infructuosa, claro está. Y Ete, que tiene que estar pronto en casa, se ha escabullido.


Que sepas, Ete, que no se nos olvida que recientemente ha sido tu cumple. Y que si no apareces hasta dentro de un año, no te vas a librar: nos deberás el doble. Y si no te dejas ver hasta el otro, pues el triple. ¡¡Ignacio, dile algo!!



La bajada me lo pasé de lujo-pirujo, enlazando senda tras senda. Boli bajó despacito, respetando mi maltrecha rodilla y probando su aún no ajustada suspensión, que ya sabemos que cada uno tiene que encontrar el punto al rebote y a la presión. Pasando el Arroyo de las Quebradas, casi a 1700 m., le hice dar la vuelta y volver a pasar para hacerle una foto de frente.

Dos Bolis
Sin apenas pisar el asfalto de la pista de la Cueva del Monje, enlazamos con la preciosisisisísima Vereda de las Vueltas. Cuando se nos termina, cruzamos el puente sobre el Peñalara y, remontando un poquito la senda de la Fuente del Ratón para tomar la cacera, nos sorprenden dos bichos que vienen bufando en lontananza.


¿Nos ajuntáis?
— Venga, sus ajuntamos.


Cacera. Si algún día nos prohiben montar en bici por aquí, nos matan.


De izquierda a derecha: madre e hijo. primo y primo, padre e hijo. Ya en el Pontón.


Y la etapa se acabó. Con un poquito de todo: cuestas, senderos, frío y calor. El bosque está a la espera de las lluvias y de las primeras nieves. Y nosotros también.


Como ocurre últimamente, al final hay reunión del grupo para tomar las consabidas cervezas. Aquí ya están Alberto y Domingo, que vienen de Boston.


Tengo que deciros que el sherpa madrileño está un poco mustio, porque parece ser que le tienen que quitar uno de los tornillos, que se le ha roto. Él sigue montando, ¡pero es que vaya mala suerte! Domingo también tiene el hombro chuchurrío, y Pablo con esa barba. A ver si dejamos de tener averías y percances y nos recuperamos de una vez todos. El que está como una rosa es el sherpa-Sherpa, que parece que los años no pasan por él. ¿Su secreto?: PAVT.

¿Que qué es PAVT? Que lo cuente él, si se atreve.

Sherpas: ¿¿¿En quince días a La Alberca???

Trialera: Dícese de la parte del camino donde tus huevos abandonan su lugar para hacerle compañia a la garganta.