jueves, 1 de enero de 2015

Hello 15

Me acuerdo de cuando no existía el día 1 de enero. Pero hay cosas buenas en esto de hacerse (muy) mayor. Por ejemplo, la tradición de salir un rato en bici el primer día del año.

Y no os digo dónde hemos ido Ignacio y yo. Por el contrario, os pongo esta prueba (inspirada por la malignidad del sh-Sh): ¿Dónde está este torete?¿Eh?


Lo mismo que ayer ví cómo se iba triste el 2014, hoy he fotografiado cómo va asomando este resplandeciente 2015 por encima del horizonta. A ver qué nos depara. Qué será, será...


Pista: cesca está la vía del tren.


Y hemos pasado un bonito puentecillo de ladrillos (Ignacio inspeccionando la calidad del sardinel).


Por cierto que no eran ladrillos cualesquiera...


Luego, zona sherpil. Por aquí no ha pasado una bici en siglos. El poquito de nvestigación que ha dado su picantito a la etapa.


La relajada vuelta, por Riofrío. Algo ha pasado...


Al llegar a la altura de la grúa, vimos cómo se llevaba un coche con la aerodinámica reformada. ¿Véis la flecha? Hasta allí salió disparada la puerta de hierro del control de paso. Alguien había tomado la recta de Hontoria sin reparar en las puertas (cómo iría de ciego) y la había hecho saltar hasta allí. Por lo visto al individuo no le pasó nada (grave).


Termino esta corta entrada (demasiado he escrito para ser uno de enero) con un pin que he encontrado y se lo dedico al cuñao Ignacio, un renegado de la manzana (y encantado, por lo visto).


Y aunque yo pienso que la materia de la que están hechos los días es siempre la misma... a ver si lo peor de este 2015 es, para todos vosotros, como lo mejor del pasado 14. Amén.


2 comentarios:

Hala, escribe sin pasar por moderación de comentarios (siempre que la entrada sea reciente). Ya no tienes excusas:

Trialera: Dícese de la parte del camino donde tus huevos abandonan su lugar para hacerle compañia a la garganta.