domingo, 22 de febrero de 2015

Ni chicha, ni lemonade

Tendría que recuperar fotos e historias pasadas para que la entrada de hoy tuviera un mínimo interés, pero lo que hay es lo que hay y a chincharse tocan. Pongo, para que conste que sí, que hemos salido, unas fotillos, las comento por encima y ya está.


He salido con la firme convicción de no mojarme ni un tanto así, que ya estoy hasta el copete de nieve lluvia, agua y barro, pero por no dejar solos a estos inconscientes, a saber, Enrique, Joaquín y David, les he acompanado por el camino de los tanques. Luego he girado a la izquierda, que el tramo de la Fuente de San Pedro no me ofrecía las suficientes garantías de sequedad.

Enrique me acompañó hasta la Cruz de la Gallega.

Valsaín city

Luego yo continué solito, dejándome los higadillos para alcanzar a un corredor solitario. Y cuando me faltaban 10 metros escasos para alcanzarlo, ¡va y se da la vuelta! A la altura de la Fuente del Pájaro, había un poquillo de nieve acumulada, pero la pista continuaba limpia.


En el cruce con el Camino de Santiago (me esperaban Ete y David) ya había señales de frío, pero todavía se pedaleaba bien. No me lo puedía creer, estaba pedaleando durante kilómetros y kilómetros ¡sin tener que bajarme de la bici!


Un ciclista que bajaba nos informa que desde la Fuente del Tío Faica no se puede avanzar, que hay muchos hielos (!), pero no nos fiamos demasiado, que somos de natural desconfiados.


Y hacemos bien, porque el camino está teta. Entretanto, un ciclista azul nos rebasa; se lo perdonamos inmediatamente cuando nos damos cuenta de que es Alberto G. de C., y nos unimos a su pedalear, bastante más alegre que el que llevábamos hasta ese momento.


Como podéis ver, había bastante nieve, pero se subía bastante bien si se miraba por dónde rodar, ya que las placas de hielo son, por naturaleza, traidoras.


Dos fotos de David...


Y una foto de la hoy inhóspita y poco grata Pradera de la Fuenfría; que hacía mucho frío.


En la fuente, un pequeño grupo. La verdad es que por la zona pocas opciones más quedaban disponibles para pedalear.


Y aunque la pista al puerto tenía la pinta que se ve en la foto, nosotros lo intentamos, más que nada para que luego no se dijera.


Aquí, en plena intentona.


Y aquí abajo, con las orejas gachas. Había una huella de una fat boy, seguramente David Kamorka, pero con las nuestras era imposible. En cien metros logramos dar un par de pedales cada uno sin que se hundiesen las ruedas, había mucha nieve.


En la pradera de la Fuenfría, con un viento helador, David tuvo que reparar un inoportuno pinchazo. Alberto aprovechó para hacer un rato de fuera-pista.


Deslumbraba tanto la nieve en el visor de la cámara que os prometo que creí haber encuadrado bien esta foto, con sherpas y todo, pero esto es lo que salió.


De vuelta por la pista, rapido pero vigilando la trazada, porsi...


¡Como para bajar por la "calzada"! Fijaos cómo está a la derecha...


Y poco más...


Que a ver si es posible que pronto se pueda ir por las trochas y los senderos sin ponerse como una croqueta y como una sopa a la vez, que se me está haciendo el invierno laaaaargo, laaaaargo... Al menos hoy me han salido 50 kilometretes, ¡y todos encima de la burra sin empujabike!


¡Ah! Se me olvidaba, lectores fieles, que tenemos la promesa del sherpa-Sherpa de que el próximo fin de semana ya sale. A ver si cumple la amenaza. Y nos canta un poco.


Neither chicha nor lemonade, Neither fish nor fowl... Otro día me explayaré más...

Trialera: Dícese de la parte del camino donde tus huevos abandonan su lugar para hacerle compañia a la garganta.